El Aston Martin DB12 supone un paso adelante importante en la gama de modelos de la firma británica, ya que incorpora algunas de las soluciones del DBS y un diseño espectacular en un conjunto con un precio mucho más ajustado. Además a nivel interior, el salto es de gigante en cuanto a tecnología. Lo hemos conocido y te contamos las primeras impresiones con él.
Aston Martin dice que el nuevo DB12 es un Superturismo, una nueva categoría que según ellos está por encima de los Gran Turismo que es donde por naturaleza debería enmarcarse este modelo.
Su diseño es espectacular lo veas por donde lo veas. Su carrocería coupé tiene las proporciones clásicas para este tipo de coches: voladizo posterior corto, habitáculo muy atrasado y un largo capó delantero.
Presidiendo este último, está la clásica parrilla de Aston Martin, que en este caso se ha rediseñado pero sigue siendo el elemento que más espacio ocupa en el frontal del coche. Pena que la matrícula en España vaya a estropear una estética que me parece sublime.
El capó está recorrido por una serie de nervios muy marcados, que le dan musculatura a esa zona del coche. Cuenta con dos tomas de aire que permiten respirar a los turbo.
En los extremos delanteros, las ópticas de formas redondeadas tienen tecnología LED. Visto ante ti, se percibe como un coche muy ancho y bajo, y viendo la ficha técnica podemos confirmar que es así: comparado con el DB11 tiene 6 mm extra en el ancho de vía delantero y en 22 mm el ancho de vía trasero.
Las diminutas y finas aletas delanteras tienen unas molduras que dejan un importante espacio abierto en el paso de rueda, lo cual permitirá refrigerar mejor el conjunto frenos/neumáticos y de paso, marca su estilo al incorporar la palabra Aston Martin sobre negro brillante.
Las llantas son de 21 pulgadas y tienen un diseño espectacular, incluso en el caso de la unidad expuesta para la puesta de largo del modelo, que venía configurada en un discreto color plata con detalles en negro.
En ese último color va todo el perfil que recorre la línea del techo desde el Pilar A al hipotético Pilar C, una pieza que en opción en el programa de personalización Q by Aston Martin se puede solicitar en fibra de carbono.
La trasera es contundente, con unas ópticas afiladas y de perfil muy fino que unido a ese mayor ancho de las aletas posteriores, le da dan un aspecto muy robusto. El alerón retráctil de accionamiento vertical queda perfectamente integrado en la tapa del maletero y solo se ve cuando se abre.
Viendo el coche en detalle, es fácil apreciar el conjunto aerodinámico, muy trabajado y elaborado, con zonas como el perfil interior del arco de las ventanillas que dirige aire hacia la trasera, generando carga en esta parte del coche.
Sin duda, es una evolución muy acertada del diseño clásico de Aston Martin para crear un conjunto que se ve muy atractivo y llamativo, aunque siempre en su justa medida.
Salto generacional en el interior
Para entrar al interior del DB12, antes hay que abrir las puertas tirando de los tiradores enrasados en la puerta. Ésta abre ligeramente hacia arriba, muy sutil pero suficiente para que la secuencia de acceso sea diferente a la de otros coches.
Una vez sentado el asiento del conductor, lo primero que destaca es la postura, muy GT, con las piernas súper estiradas y el trasero situado muy abajo. Perfecto para hacer largos viajes en esos asientos que son un buen ejemplo de compromiso entre confort y sujección lateral.
Echando un vistazo al resto del habitáculo, nos encontramos con una consola central con inclinación diagonal, que va desde la zona que separa ambos asientos haciendo de guantera central hasta la parte superior del salpicadero, presidido por una pantalla de grandes dimensiones.
Se trata de una moderna pantalla de 10,25 pulgadas en alta resolución (1970 x 720) con acabado Pure Black, la cual junto con el cuadro de mandos también digital tras el volante, le dan un aspecto al interior mucho más moderno y vanguardista.
Por supuesto ya incorpora tecnologías básicas hoy en día, como el uso de Apple CarPlay™ y Android Auto™ entre otras.
También por suerte, Aston Martin ha sabido mantener la cordura en cuanto al resto de mandos y se mantienen botones físicos para muchas funciones. Se trata de botones de gran calidad, con muy buen tacto, y destaca por ejemplo la rosca para subir o bajar el volumen del equipo de audio.
El botón central retro iluminado permite poner en marcha la mecánica V8 TwinTurbo de origen Mercedes-AMG. El volante está ligeramente achatado en los laterales y en la parte inferior, y en general la calidad de la piel que se toca y de los materiales, es de primera.
Se trata de un 2+2, aunque el acceso a las plazas posteriores es bastante ajustado para un adulto y el espacio en esas plazas posteriores las limita bastante. Creo que su espacio en las plazas traseras es más cercano a las de un Mercedes SL, en el que son prácticamente inútiles estas plazas, que a las del un Porsche 911 donde sí se pueden utilizar con relativa normalidad.
En general, creo que la percepción del coche con todo este nivel de tecnología, pantallas y demás, hace que se perciba como un coche muy moderno y actual, algo que no ocurría en la mayoría de los Aston Martin hasta la fecha.
Mecánica moderna y precio más ajustado
El fastuoso capó delantero esconde en su interior un motor V8 twin turbo que entrega 680 CV y 800 Nm de par de origen Mercedes-AMG. Se trata del tipo de propulsores que montan hoy en día la mayor parte de coches de su segmento, ahora que han dejado de lado los gloriosos V12.
El motor se combina con una caja de cambios automática secuencial de 8 velocidades. La electrónica es avanzada, cuenta con cuatro modos de conducción predefinidos (Mojado, Activado, Circuito y Desactivado) y diferencial electrónico trasero (E-Diff).
Todo esto, pero sobre todo la adopción de esta mecánica muy probada, le ha permitido que el precio final del Aston Martin DB12 sea mucho más ajustado que el del anterior DB11 y que el de muchos de sus rivales, situándole así en una posición muy favorable para cosechar muchas ventas.
El Aston Martin DB12 cuesta en España 280.000 euros, situándose por tanto en la misma línea de un Porsche 911 Turbo S que cuesta 283.000 euros, algo por encima de un Mercedes-AMG SL 63 con 223.000 euros o del Maserati GranTurismo Trofeo que pese a tener 557 CV y un motor V6 en lugar del V8, cuesta 253.000 euros.
