Autobuses eléctricos con prioridad en los semáforos: la solución que quiere comerle terreno a los coches en Madrid

Autobuses eléctricos con prioridad en los semáforos: la solución que quiere comerle terreno a los coches en Madrid
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El próximo mes de mayo empezará a funcionar en Madrid la primera línea rápida de autobuses eléctricos de alta capacidad de la capital, que constará de 19 paradas y conectará los barrios de Valdebebas y Sanchinarro con el Hospital Ramón y Cajal en apenas media hora a través de un carril separado del resto del tráfico.

Con la primera línea BRT (‘Bus Rapid Transit’) también llega el primer sistema de prioridad semafórica para autobuses, lo que significa que rara vez se encontrará un semáforo en rojo.

Un híbrido entre autobús eléctrico y tranvía

Los diez autobuses eléctricos que cubrirán la nueva línea BRT en Madrid son el modelo ieTram del fabricante nacional Irizar e-mobility, con un diseño que se diferencia, entre otras cosas, por su gran superficie acristalada. Se desarrolla en versiones desde 12 m hasta 18 m articulado y con una capacidad máxima de 155 personas (este caso, será de hasta 100).

En esencia, estos autobuses eléctricos “combinan la flexibilidad y movilidad propia de un autobús urbano con la gran capacidad de un tranvía, además de imitar su estética” según ha señalado el alcalde de Madrid en la presentación de la flota. Además, al circular por un carril exclusivo con prioridad en las glorietas y semáforos, “se pretende garantizar su puntualidad”.

Concretamente, la primera línea de bus rápido utilizará una plataforma segregada de los demás carriles de circulación con la peculiaridad de que se priorizará el centro de la calzada siempre que sea posible para evitar el conflicto con el resto de vehículos. Un total de 12 paradas intermedias dispondrán de paneles de mensajería variable.

Mapa
Fuente: Ayuntamiento de Madrid

Para que el novedoso sistema de prioridad semafórica funcione, cada autobús contará con una baliza embarcada que servirá para que hasta 167 espiras alojadas en el pavimento lo detecten. El sistema funciona inicialmente como en una regulación sin prioridad, es decir, va asignando a tiempos a vehículos y peatones conforme a la programación habitual de los semáforos, igual que en el resto de los cruces de la ciudad.

Cuando el autobús se aproxima al cruce, el primer sensor lo detecta e inicia el proceso de gestión de los tiempos de las fases del cruce (recortando la programación si es necesario), iniciando las transiciones de los semáforos de peatones y vehículos del cruce correspondiente para poder activar la fase prioritaria para el bus y así dejarle vía libre.

Una vez que el autobús ha rebasado el cruce, se inicia la transición a la regulación ordinaria de los semáforos habitual, “siempre teniendo en cuenta la seguridad vial tanto de peatones como de vehículos”, apuntan desde el Ayuntamiento.

Madrid

Para poder transmitir la información y las imágenes de diez nuevas cámaras al Centro de Gestión de Movilidad, desde donde se controlará el correcto funcionamiento del sistema, se instalarán más de 12 km de fibra óptica.

En total, se actuará sobre 68 intersecciones y se utilizarán hasta 390 detectores para ‘avisar a los dispositivos’ de la preferencia de paso para los BRT. La única excepción a la prioridad de estos autobuses eléctricos será el cruce de la avenida de Pi y Margall con la calle Príncipe Carlos, en la que el tren ligero tendrá prioridad.

La línea tendrá una frecuencia de paso de entre 8 y 12 minutos en horas punta, circulando a una velocidad comercial media “previsiblemente superior a otras líneas convencionales de la EMT”.

Para poder viajar en esta línea se podrá utilizar la tarjeta de transporte habitual, y también se podrán comprar billetes sencillos en las máquinas expendedoras que se encontrarán en las plataformas, y que sólo admitirán dinero en efectivo. Por lo demás, la forma de validar el billete a bordo será idéntica a la del resto de líneas de la empresa municipal (lectura de TTP, tarjeta Multi, tarjeta EMT, tarjeta bancaria física o virtual y códigos QR).

El coste que va aparejado a esta nueva línea BRT y las obras que implica para tratar de eliminar el medio de transporte privado de esta conexión tan importante para la zona norte de Madrid, se eleva a 5,3 millones de euros -sin IVA- para los diez autobuses eléctricos (de los cuales dos millones proceden de los fondos europeos Next Generation).

A lo que hay que sumar los 12,8 millones de euros que costará la plataforma, de los cuales, cuatro millones -IVA incluido- irán destinados a la adaptación necesaria de los semáforos.

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