Aunque con unos meses de retraso, el Consejo de Ministros ya ha aprobado la reforma de la tarifa regulada de electricidad conocida como PVPC (Precio de Venta para el Pequeño Consumidor). Esta reforma, que afecta a unos nueve millones de hogares españoles, busca reducir la dependencia de las volátiles subastas diarias de energía.
Ahora aunque las facturas no dependan de los precios diarios y vayan a incorporar referencias a plazo (de un mes, tres meses y un año) para evitar los picos de precios desorbitados que se experimentaron el año pasado, hay incertidumbre sobre si con la nueva PVPC se conseguirá reducir las facturas. Estas son sus claves.
Cómo será la nueva tarifa regulada de la luz y a quién afecta
La principal novedad de la nueva fórmula de cálculo de la tarifa regulada de electricidad, que entrará en vigor el 1 de enero de 2024, es que esta incorporará de forma parcial las señales de precio a medio y largo plazo.
Esto tendrá sobre todo dos efectos: impulsar la contratación de electricidad en estos mercados y reducir la volatilidad en las facturas de hogares y microempresas españolas, usuarios especialmente afectados por los precios desde que comenzó la guerra de Ucrania.
Hasta ahora, la tarifa regulada PVPC (recogida por la Ley 24/2013del Sector Eléctrico y el Real Decreto 216/2014) se caracterizaba por ser un precio dinámico completamente vinculado al volátil mercado mayorista diario de electricidad, que refleja el coste de producción de energía eléctrica, los peajes de acceso y los cargos y costos de comercialización.
Así, podían acogerse a la tarifa PVPC todos los titulares de puntos de tensión no superior a 1 kV y con una potencia contratada inferior a 10 kW. Estos podían ser personas físicas o microempresas que cumplan con los requisitos o de potencia, que no tengan más de 250 trabajadores y un volumen de negocio que no supere los 50 millones de euros al año.
Ahora, con los cambios introducidos para 2024, los aproximadamente nueve millones de hogares españoles acogidos al mercado regulado (casi un tercio del total) verán cómo sus tarifas pasarán de depender por completo del mercado al contado a hacerlo en un 75 %. “El 25 % restante dependerá de los mercados de futuros”, más estables. En 2025, la relación pasará a ser del 40 % al contado y del 60 % a largo plazo, y a partir de 2026 esta será del 55 % y el 45 %.
Del total, casi 1,5 millones de hogares considerados vulnerables o muy vulnerables, que cuentan con los descuentos del bono social eléctrico y térmico (estar acogidos a la tarifa regulada es requisito para ello) "no tendrán que hacer nada" para que se les aplique el nuevo método de cálculo del precio de la electricidad que consumen, según ha afirmado desde Moncloa la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez.
Y aunque las microempresas también podrán acogerse a la nueva PVPC, las compañías de mayor tamaño deberán cambiar al mercado libre de electricidad, y si no lo hacen dentro de un plazo de un año, se les aplicará un recargo del 20 %.
Cuando se anunció la reforma de la tarifa regulada, desde el Ministerio para la Transición Ecológica ya apuntaban a que “la época de precios estables se ha terminado, tanto por la variación del precio del gas como la de los combustibles fósiles en general. Con esta reforma nos preparamos para esta nueva realidad”.
Con esta reforma, el Gobierno busca “dar estabilidad a los precios”, pero no asegura que la nueva tarifa PVPC suponga también un ahorro para el consumidor, como se planteaba en un inicio. Y es que aunque se llegó a calcular un ahorro de 297,1 millones de euros, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) lo descartó en su momento y advirtió que el nuevo sistema podría llevar incluso a un aumento de precios.
Con la reforma, que la factura sea más cara o más barata que hasta ahora dependerá realmente de la evolución del mercado al contado y del de futuros. En relación a esto, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Energética, Teresa Ribera, ha reconocido que la reforma podría acabar en un “pequeño incremento del coste promedio”. Así, lo único seguro es que, a igualdad de consumo, las facturas serán más estables mes a mes.
