Así es una vuelta a Nürburgring Nordschleife en el BMW M2 y la hemos dado nosotros
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Así es una vuelta a Nürburgring Nordschleife en el BMW M2 y la hemos dado nosotros

Una vez terminada la comida con la que nos despedimos ayer de la primera parte de nuestra aventura en Nürburgring con los BMW M, regresamos al aparcamiento donde nuestra flota de coches descansaba al lado de unos Porsche 911 suecos de todas las generaciones, desde el 996 hasta los actuales 991. Entonces, como por arte de magia, un pequeño rayo de sol apareció entre las nubes dándonos algo de esperanza a los que todavía teníamos una tanda pendiente, en mi caso con el esperado BMW M2.

Mientras subíamos por la excitante carretera de curvas que une Adenau con Nürburg, parecía que ese rayo de sol no había sido un espejismo. En el aparcamiento principal brillaba el sol, confirmando que aquí la meteorología cambia drásticamente de un valle a otro, tanto que hasta el asfalto parecía seco en la barrera de salida. Era mi momento, allí estaba con el BMW M2 manual y una tarjeta que me autorizaba a dar una última vuelta al Nordschleife. ¿Te vienes conmigo?

Salí a pista y pegado a mi trasero iba un Nissan GT-R de color blanco y matrícula italiana. Le dejo pasar para que me marque él la trazada y empiezo a subir de vueltas el motor de 370 caballos del M2 mientras juego en las primeras curvas con la rápida, corta y precisa palanca de cambios, ya que esta unidad, la misma que había probado solo unos meses antes, lleva el cambio manual.

Última vuelta al Nordschleife. Allá vamos! #nürburgring #nordschleife

Una foto publicada por Héctor Ares Torrón (@hector_ares) el

La primera zona de curvas enlazadas en bajada estaba relativamente seca, había una especie de carril por el que debía mantenerme si quería tener agarre y pasármelo bien, pero eso era un riesgo añadido porque cualquier frenada o giro de volante fuera de esa zona limpia podía acabar en tragedia.

Un motor muy elástico

Salgo de una curva relativamente amplia a izquierdas y empieza una de las zonas más excitantes del circuito, con una bajada y subida que acaba en un cambio de rasante que precede a una curva media de derechas, todo ello con unos cambios de altitud dignos de la mejor montaña rusa. El motor del M2 es una delicia, ya que es tan progresivo que te asegura respuesta sea cual sea el régimen de giro y permite hacer todo ese tramo estirando las vueltas de la tercera sin tener que subir y bajar marchas para asegurar par.

El coche y el estado de la pista me generan bastante más confianza que en las anteriores tandas, así que me propuse aumentar un poco el ritmo sin llegar a ir por encima de los límites. Quería disfrutar del M2 y de la que probablemente fuese mi última vuelta al Nordscheife este año.

La estabilidad en curva del coche, que parece ir sobre raíles, invita a llevar ese ritmo cada vez más alto. Está claro que los anteriores M Performance que había conducido ese día eran coches rápidos, pero este es un verdadero BMW M y se nota que está hecho para este tipo de menesteres.

Los frenos funcionan a la perfección, deteniendo el vehículo sin rechistar siempre y cuando tenga el volante recto y no haya transferencias de pesos que puedan desestabilizar el conjunto. El sonido del motor de seis cilindros turbo a la hora de abrir gas tras las curvas lentas es una melodía para los oídos, y la dirección rápida y precisa te permite ir encarando vértice tras vértice con maestría, por no hablar de las suspensiones que en circuito parecen más adecuadas de lo que me habían parecido para viajes en carretera.

La pista se va secando

Estoy disfrutando como un niño de esta última vuelta y lo mejor es que a medida que van pasando los kilómetros, la pista está cada vez más seca, lo cual me permite utilizarla en toda su anchura y por tanto ir más relajado. Llego a la frenada de Adenau muy rápido desde la anterior curva rápida de derechas y a base de frenos reduzco el ritmo para encarar esa doble a izquierdas tan bonita que da paso a la famosa subida. Es una maravilla escuchar y sentir cómo a medida que bajas marchas, estas se engranan con una facilidad pasmosa gracias a la función automática de doble embrague, disponible solo en los modos Sport y Sport Plus.

BMW M2 Nürburgring Nordschleife

Encaro la subida con tanta confianza que en la curva de derechas previa, el coche me regala una bonita derrapada por exceso de par, pero por suerte estoy con el volante recto y no tengo que hacer contravolante. Estaba tentando a la suerte saliendo de allí en tercera con gas a fondo, pero no me importaba porque sabía que los controles de tracción estaban activados en el modo más permisivo (Sport+), y en caso de pasarme demasiado iban a actuar para evitar el estrépito.

El ritmo en la subida me permite mantenerme detrás de un coche al que había dado alcance, un Honda Civic Type R que me había pasado a mí antes y que parece llevar más vueltas al Nordschleife que una lavadora en un centrifugado. Confirmo que era un experto cuando veo el ritmo al que encara las siguientes curvas gas a fondo en la infinita subida. Se conocía el circuito al dedillo y se aleja unos cuantos metros, suficientes para llegar separados al Karrussel.

La curva más famosa del circuito es relativamente sencilla de trazar. Aunque la velocidad a la que llego es considerablemente más alta que en las dos tantas de la mañana, el piso seco y el buen agarre en el peralte se agradecen para seguir con confianza hacia el sector final del circuito, que para mí mentalmente comienza en ese punto.

BMW M2 Nürburgring Nordschleife
BMW M2
BMW M2

Es ese sector de curvas contra peraltadas, cambios se trayectoria en bajada y transferencia de pesos, posiblemente la zona más complicada del Nordschleife, pero el M2 incita a hacerla sin miedo y sin pensar en lo mal que podría terminar el día. La parte positiva es que esa zona es sensiblemente más ancha que el pasillo de curvas con el que comienza el circuito, y eso se agradece cuando vas en un coche con caballería como es el caso.

¿Este coche ha nacido en Nürburgring? Eso parece.

El M2 parece que ha nacido en el Nordschleife y en parte así es, porque muchas fases de su programa de desarrollo y puesta a punto se han hecho aquí. Se muestra ágil y rápido en esa zona final donde creo que con su hermano mayor el M4 no podrías ir a un ritmo muy superior a pesar de que tiene más caballos y una batalla más larga que también le debería dar más estabilidad.

El pequeño M2 destaca por la forma en la que entrega la potencia, con un motor más dócil que el de su hermano mayor, unos desarrollos cortos en las marchas más bajas pero perfectamente ajustados para estos menesteres en esta zona final del circuito y además, no olvidemos que cuenta con un diferencial de deslizamiento limitado que le ayuda a traccionar en todo momento.

Buen sitio, ¿mejor coche? En breve os cuento todos los secretos de Nürburgring en @motorpasion #bmw #bmwm #bmwm2 #ig_bmw #bimmer #bmw❤️

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Todo ello hace que el conjunto se muestre redondo, preciso y perfecto para esta vuelta en la que estoy disfrutando como un niño. El M2 impone respeto cuando lo ves por fuera por sus agresivas formas, pero también en la pista es un coche que es capaz de plantarle cara a casi cualquier rival.

Sin apenas darme cuenta estaba ya encarando la larga recta por la que hace algo menos de 12 minutos me había incorporado al circuito. Estaba terminado la que sería mi última vuelta al Nordschleife este año, y lo hacía con la confianza de haber dado mi vuelta más rápida a este trazado en condiciones de pista húmeda y con la alegría de haberlo hecho en uno de los mejores, por no decir el mejor, BMW M de los últimos tiempos.

Su antecesor, el BMW Serie 1 M Coupé, se ha convertido por méritos propios en uno de los coches míticos en Nürburgring, pero el nuevo BMW M2 es un digno sucesor. No solo es el coche más accesible jamás creado por M, sino que también es el M más apetecible del momento y por qué no decirlo, un coche capaz incluso de mojarle la oreja a sus hermanos mayores en muchas zonas de este Infierno Verde de 20,8 kilómetros.

Nurburgring BMW M2

El día llegaba así a su fin, y la caravana de BMW M encaraba de nuevo la carretera con destino a Frankfurt. Fue una jornada inolvidable en la que la fuerza de la división de coches deportivos de la compañía muniquesa quedó fuera de toda duda. Son junto con Porsche los reyes de Nürburgring, coches creados para llevar el placer de conducir hasta límites insospechados, llueve, truene o pase lo que pase. Volveremos al Ring y esperamos hacerlo con la pista más seca. Crucemos los dedos para que vuelva a llegar una invitación de este tipo al buzón de Motorpasión.

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