Adjudicado el Ford GT40 Gulf de Steve McQueen: 11 millones bien valen un repaso a su leyenda

Adjudicado el Ford GT40 Gulf de Steve McQueen: 11 millones bien valen un repaso a su leyenda
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Coincidiendo con el movido fin de semana que están teniendo en la californiana Peeble Beach, el mítico Ford GT40 Gulf número P/1074, el que perteneció a Steve McQueen y con el que se rodó la película ‘Las 24 horas de Le Mans‘ en 1970, ha establecido un nuevo récord en materia de coches americanos llevados a subasta al recaudar 11 millones de dólares. Con esta cifra ha desbancado al Duesenberg Model J Long-Wheelbase Coupé de 1931, que obtuvo 10,34 millones en 2011.

El Ford GT40 vendido se trata de un coche que alberga una doble historia en su interior: la Historia del propio modelo, que es toda una leyenda, y la circunstancia de haber pertenecido a uno de los actores con mayor gusto por el automovilismo y el motociclismo… y en general cualquier cosa con ruedas. Vamos, un apasionado del Motor de primera fila: Steve McQueen.

Semanas antes de que se celebrara la subasta, ni siquiera los organizadores del evento se atrevían a pronosticar una cifra sobre la mítica pieza de coleccionista, así que la expectación era máxima. Pero, ¿qué tiene el Ford GT40 para levantar estas pasiones? Lo que hay detrás del bólido es harto conocido aunque, ¿qué mejor ocasión para darle un breve repaso?

Ford GT40 Gulf

En primer lugar, los puntos clave del coche. Se trata de un biplaza concebido para la competición. De sus dimensiones (4.065 mm de longitud con 2.413 mm de batalla, 1.778 mm de anchura y 1.028,7 mm de altura) cabe destacar la altura, que en pulgadas son 40,5, la máxima cota permitida para participar en competiciones GT. De ahí, su nombre: Ford GT40. No se quedaron calvos pensando, no.

Dotado de un motor V8 longitudinal situado en la zona central posterior, mueve con agilidad sus 908 kg hasta alcanzar de forma peligrosa los 320 km/h. Y en cuanto a la cilindrada… bueno, la unidad P/1074 monta un propulsor de 4.736 cc heredado del Shelby Cobra, pero las primeras equipaban un motor de 4,2 litros y las hubo incluso de 7 litros.

La unidad P/1074 desarrolla 440 CV y pertenece al equipo de competición patrocinado por la petrolera americana Gulf, por lo que se decora con los colores de la empresa: azul celeste para el cuerpo del vehículo y naranja marigold en la franja longitudinal única que ribeteada en negro recorre su cuerpo de principio a fin.

Ford GT40 Gulf

El origen, un pique entre Henry Ford II y Enzo Ferrari

Sabido es que Enzo Ferrari era un tipo sin pelos en la lengua que en su día se las tuvo con Ferrucio Lamborghini (lo de “un fabricante de tractores no puede entender mis coches”, y el resto es Historia) y también se las tuvo con Henry Ford II. Ford andaba detrás de conseguir un triunfo en Le Mans, y en 1963 fue informado de buena tinta sobre la voluntad que tenía Il Commendatore de venderle Ferrari.

El caso es que Ford se gasta una fortuna en auditorías, y tras numerosas reuniones, justo en el último momento, Enzo Ferrari le da calabazas. “No eres tú, soy yo – debió de decirle – que no puedo quitarme de encima algo que es tan mío”. Ford se cabrea, claro, y los invitados se quedan sin boda ni convite. Cuentan que los gritos atravesaron los Grandes Lagos uno por uno y se oyeron en medio Canadá.

Henry Ford II envía al ingeniero Roy Lunn a Reino Unido para establecer allí una base de operaciones llamada Ford Advanced Vehicles. Desde allí ficharán un equipo dirigido por John Wyer y formado por gente de Aston Martin (de donde proviene Lunn) y también de Lola Cars. Más tarde se les añadirá un vital piloto prematuramente retirado que acaba de crear un coche GT al que llama Shelby Cobra.

En cuestión de un año, el empresario de Michigan ya tiene forjada su venganza contra el empresario de Maranello. Su Ford GT40 MK I debe aniquilar en la pista a los imbatibles Ferrari, que desde 1960 vienen cosechando triunfos consecutivos en las 24 horas de Le Mans.

Ford GT40 Gulf

Entre 1966 y 1969, los Ford GT40 ganan cuatro ediciones consecutivas de las 24 de Le Mans, pero hasta que llegue esa etapa dulce tienen que pasar dos años de superación. Los primeros bólidos, salidos de la fábrica en 1964, tienen serios problemas cuando están en pista, y rara es la carrera en la que no se estrellan, arden o rompen la caja de cambios.

En enero de 1965, la Shelby American entra en acción, retira el motor 4.2 que venían utilizando los primeros Ford GT40 MK I, y coloca uno de su propia cosecha: el 4.7 que monta el Shelby Cobra, que ya ha demostrado su valía venciendo en los circuitos de Bridgehampton y Le Mans en clase GT, y tres veces en los campeonatos que organiza el Sports Car Club of America.

Aprovechando que mete mano al modelo original, Carroll Shelby le da una patada a la caja de cambios Collotti Tipo 37 y la cambia por una ZF 5 DS-25, que resulta ser más fiable, y lo mismo hace con los neumáticos Dunlop, que sustituye por Goodyear. En febrero de 1965, sólo un mes más tarde, el Ford GT40 gana en Daytona su primera carrera. Así de fácil.

Ford GT40 Gulf

Tan fácil, que cuando en el equipo se las prometen muy felices, sucede que en las 12 horas de Sebring un Chaparral 2A-Chevrolet pilotado por Jim Hall y Hap Sharp les pasa la mano por la cara. Shelby decide entonces poner toda la carne en el asador y coloca en el coche un motor 7.0 que dará pie a la siguiente generación de los Ford GT40: los MK II.

Con esa motorización llegan a competir al año siguiente en Le Mans ocho MK II apoyados por cinco MK I para destruir a los tres Ferrari que corretean por la pista. Ah, sí, y los Ford copan el podio, claro. En 1967, un MK IV con motor 7.0 y un ambicioso rediseño de la estructura, continuará la línea de victorias en la mítica carrera que tanto había anhelado Henry Ford II.

Sin embargo, las elevadas velocidades conseguidas por los bólidos motivarán que en 1968 se prohíban las cilindradas superiores a 3 litros en el caso de los prototipos y superiores a 5 litros en el resto. Ford se retira de la competición, aunque la firma continúa prestando todo su apoyo al equipo Gulf, que sigue utilizando los MK I con los motores 4.7 aportados por Shelby.

Del Ford GT40 se fabrican entre 1964 y 1969 un total de 107 unidades organizadas en series: MK I, MK II, MK III y MK IV. Luego vendrán las innumerables réplicas y la reedición del siglo XXI, bautizada por los de Dearborn como Ford GT. Pero claro, ya no será lo mismo. ¿Hace un vídeo a modo de alto en el camino para comprender por qué el Ford GT40 es un ejemplar único?

El Ford GT40 Gulf de Steve McQueen

Y vamos ya a por el Ford GT40 azul y naranja, que todo venía por la subasta. De toda la familia GT40, el número P/1074 tiene un sabor especial. Fue el último de los MK I vencedores de Le Mans, en 1969, con el mítico piloto belga Jacky Ickx y el británico Jackie Oliver a los mandos. Se suele decir que los Ford se retiraron cuando estaban en la cima, así que esta unidad representa el canto del cisne de este proyecto surgido de un desencuentro entre apasionados del Motor.

Al año siguiente de esta despedida de Le Mans, el P/1074 volvió al mítico circuito de la Sarthe con un propósito muy especial. En manos de Solar Productions, la productora del actor Steve McQueen, el P/1074 sería el camera-car que filmaría las escenas de velocidad de la película ‘Las 24 horas de Le Mans’, que se estrenaría en 1971.

Rodaje de la película

Para colocar la cámara en el bólido, tuvieron que transformarlo en descapotable. Sólo así era posible utilizarlo para retratar la realidad del circuito, que era lo que obsesionaba a McQueen. Infiltrado entre los coches que aparecerían en la película, el Ford GT40 P/1074 dio lo mejor de sí mismo al conjugar el arte de la competición con el arte de la gran pantalla.

Tras el rodaje, el coche fue restaurado y le fue devuelto su espléndido aspecto original. Durante estos más de 40 años, ha pasado el tiempo entre coleccionistas americanos y británicos que lo cuidaron como se merece. Goodwood y el Concours d’Élégance de Amelia Islands han sido algunos de los acontecimientos a los que ha asistido en calidad de invitado de honor. Y ahora, en Peeble Beach, ha batido un récord fuera de la pista 44 años después de ver la luz.

Más información | GT40 Sports Car, Carroll Shelby
Foto y Vídeo | RM Auctions

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