El departamento legal de Tesla Motors va a tener que abrir una nueva carpeta de trabajo que añadir principalmente a la prohibición de sus ventas directas en algunos estados de EEUU o al caso del piloto automático. Todo comenzaba el pasado junio cuando Tesla anunciaba su intención de adquirir Solar City, proveedor de servicios energéticos para el hogar con el que habían mantenido hasta ahora bastante lazos.
La unión que parecía tener todo el sentido del mundo se oficializó a finales del mes pasado tras dos meses de negociaciones más arduas de lo esperado. Se trata de una operación arriesgada para muchos expertos, y que ha traído el descontento a parte del accionariado de Tesla Motors. Tanto es así que ya existe una denuncia con la que Tesla va a tener que lidiar.
Se trata de cuatro partes (los Fondos de Pensiones de Riviera Beach y de Arkansas y dos individuales) que han interpuesto sus demandas en la primera quincena de este mes. Dentro de sus argumentos encontramos el hecho de que el CEO de Tesla, Elon Musk, era presidente de Solar City antes de la adquisición.
Como decimos, los analistas ya definieron la compra de Tesla de arriesgada, ya que las finanzas de Solar City tienen un futuro más incierto que el de Tesla. De hecho, algunos se atrevieron a apuntar que la adquisición era más bien un rescate para impedir que Solar City se hunda, algo que podría entorpecer los planes con el Tesla Model 3.
Vía | Autoblog Green
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