Coches autónomos: ¿se comercializarán en el año 2025?

Coches autónomos: ¿se comercializarán en el año 2025?
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Cada vez que hablamos de conducción autónoma (y creedme, muchas han sido y muchas más serán) surge la duda sobre el año concreto de comercialización de los coches autónomos, esos que no precisan de un conductor para manejarse por la vida. Sí, el coche de Google ya va a por el pan cada día, y en Europa, más concretamente en España, ya hemos visto cómo funciona el sistema de Volvo. Pero la cuestión de fondo es: ¿esto cuándo pasará a ser de uso común?

El último dato conocido habla del año 2025. Hasta ahora, las conjeturas apuntaban a los años 2014 a 2016 para sistemas semiautónomos y 2020 para coches 100 % autónomos. El retraso no es baladí, ya que uno de los puntos clave de la conducción autónoma tiene que ver con el grado de penetración en el mercado que tengan este tipo de vehículos. Y la cuestión de fondo no parece estar tan relacionada con las tecnologías en sí... sino con el grado de seguridad que puedan ofrecer.

En el marco del Congreso Mundial de la Sociedad de Ingenieros de Automoción, celebrado en Detroit, se pronunció en este sentido Christian Shumacher, que es jefe de Sistemas de Asistencia Avanzada al Conductor de Continental. Continental anda desarrollando con BMW su coche autónomo, pero Shumacher es realista y se cura en salud: si se produjera un siniestro vial como resultado de la automatización, habría que replantear el escenario.

Realmente el único problema registrado hasta la fecha por estos coches ha sido, paradójicamente (o no tanto), cuando lo llevaba un conductor humano (qué raro suena, ¿verdad?) en modo manual. Pero la posibilidad está ahí: dejar el control total a la máquina hace que se abra, una y otra vez, el debate de la seguridad en torno a estos vehículos que pueden conducirse por sí solos. Mientras, la NHTSA ya está redactando las normas federales para este tipo de vehículos.

Por el momento, hay otra discusión en danza, y es la que habla del exceso de sistemas de información y entretenimiento como causas de distracción probable. En el mismo Congreso, las voces de alarma han saltado en una semana en la que se ha lanzado una nueva oleada de datos que afirman que casi el 50 % de los estadounidenses utiliza el móvil mientras conduce. Para estos, Shumacher tenía otra respuesta, y es que los sistemas automatizados de ayuda a la conducción pueden contrarrestar los efectos perniciosos de los elementos que distraen de la conducción.

La verdad es que resulta un poco lioso, y hasta tragicómico, todo esto de poner sistemas que nos ayuden a evitar el choque debido a una distracción que hemos sufrido por estar atendiendo a un sistema del vehículo. ¿No sería más fácil cortar el problema de raíz?

Vía | Carscoop < The Detroit News En Motorpasión Futuro | Coches autónomos: qué nos cabe esperar

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