La llegada de los coches autónomos podría significar el final del volante clásico

La llegada de los coches autónomos podría significar el final del volante clásico
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Últimamente se está hablando mucho sobre coches autónomos y algunos fabricantes ya han conseguido permisos para poder probar sus prototipos en condiciones de tráfico real, incluso hay quienes se han aventurado a dar una fecha sobre su salida a la venta, aunque para ello tienen que cambiar bastantes cosas en cuanto a normativa se refiere.

Hasta ahora todos estos prototipos están basados en un coche convencional al que se le han adaptado una serie de sensores, radares, etc. controlados mediante un ordenador, pero siempre, detrás de ellos y como elemento de precaución, se encuentra un conductor dispuesto a echar una mano al volante si fuera necesario.

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Pero como podemos intuir esto no tiene mucho sentido. Si somos capaces de fabricar un coche autónomo, que por sí solo puede ir de un lugar a otro sin necesidad de conducirlo y esquivando los obstáculos que se encuentre por el camino, entonces ¿para qué queremos el volante?

Alguno podéis contestar: para situaciones de emergencia. Si resulta que tenemos un coche autónomo y tenemos que estar pendientes de la carretera de la misma forma, o incluso más pendientes todavía, que cuando conducimos nosotros mismos por si el coche “se equivoca” poder corregirlo, entonces, prefiero no tener sistema autónomo.

Otros podéis pensar que para momentos o situaciones en las que el vehículo no sea capaz de circular por sí solo, por ejemplo en rutas no codificadas en los mapas o en momentos en los que hubiera que realizar algún tipo de desplazamiento corto, en el que se tardaría menos en conducir de una forma “manual” que en programar el destino.

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Porque, además, hay que pensar que el día que los coches sean capaces de circular por si solos ya serán capaces también de aparcar por si mismos, al estar esta tecnología más avanzada e incluso actualmente ya accesible en algún que otro modelo de coche, aunque de momento en fases aún incipientes.

¿Para qué queremos el volante?

Entonces cobra cada vez más sentido la pregunta ¿para qué queremos el volante? Y la respuesta es obvia, para nada, al menos tal y como lo conocemos hoy en día. No cabe duda, después de lo expuesto anteriormente, que siempre será necesario controlar alguna vez el coche de forma manual, pero para eso no es necesario tener un volante delante nuestra de una forma fija y achicándonos, al mismo tiempo que limitándonos, nuestro espacio dentro del coche.

Un simple mando de control, un joystick o una pequeña rueda pueden servir para esos ocasionales menesteres y así es como están empezando a verlo algunos de los más importantes diseñadores de interiores de coches que se están especializando en hacer predicciones sobre el futuro en la industria automotriz.

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Johnson Controls es una de esas empresas involucradas directamente con la industria del automóvil y que opera en sistemas electrónicos, por lo que puede hacer más precisas esas predicciones. Su vicepresidente de desarrollo de productos, Han Hendriks, precisamente vaticina que después de 2025 el volante del interior de los coches habrá desaparecido como tal, e incluso se ha atrevido a realizar varios diseños para empresas del sector.

Igualmente lo habrán hecho los espejos retrovisores, que habrán sido sustituidos por cámaras inteligentes, capaces de funcionar como si de nuestros ojos se tratasen y detectar a los vehículos que se aproximan tanto por delante como por detrás y dar instrucciones al ordenador del vehículo.

Hay incluso diseñadores de automóviles que han diseñado futuros modelos como si de salones de casa se trataran, con cómodos sillones en los que los pasajeros van cómodamente leyendo, charlado o interaccionando con las tecnologías que existan a su alcance en ese momento, sin necesidad de intervenir para nada en la conducción.

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Vía | Car Scoops En Motorpasión Futuro | Coches autónomos: qué nos cabe esperar, ¿Cuántas marcas tienen sistemas de aparcamiento automático?

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