Madrid, hasta el momento, no tenía un protocolo de actuación específico para combatir eficazmente la contaminación, en caso que esta se disparase. Ayer, el ayuntamiento de la capital anunciaba un paquete de medidas escalonadas y restrictivas que nos recuerdan a las tomadas por bastantes ciudades, entre estas, París, donde el pasado marzo saltaban las alarmas y se ponía en marcha un sistema de restricción del tráfico (por cierto, a partir de este episodio, las autoridades han decidido rebajar el límite de velocidad en zonas urbanas a 30 km/h).
Las medidas que ha anunciado Madrid son similares, y corresponden a tres niveles de alerta que ahora os explicaremos. Antes, conviene explicar el factor que ha tomado Madrid es el del Dióxido de Nitrógeno (NO2). A la hora de entrar en comparaciones con París u otras ciudades, es importante no confundirlo con otros agentes como las partículas pequeñas en suspensión (PM).
Apuntamos esto porque hemos observado que la mayoría de medios de comunicación han publicado unos niveles de alerta en μg/m3, sin especificar a qué contaminante corresponde. Para que quede claro, la Organización Mundial de la Salud (OMS) marca unas directrices concretas, con los siguiente valores fijados:
PM2.5
Madrid, como decimos, ha decidido tomar este último para establecer sus límites, y por citar de nuevo a la OMS con respecto al Dióxido de Nitrógeno:
Para terminar de hacer memoria, según estudios del propio ayuntamiento de Madrid, no son ni las calefacciones, ni la industria los que generan en mayor medida el NO2, si no los turismo que circulan por la ciudad en un 98,5%, "debido a que el 68,7% de los recorridos corresponden a vehículos de gasóleo".
¿Qué piensa hacer Madrid en caso de alarma?
El primero de los tres niveles de alarma es del preaviso. Este se activaría al llegar a los 200 μg/m3 de NO2, en dos puntos de medición de la ciudad. Incluye a su vez varias fases, internas, en función del tiempo que se pase bajo ese nivel. Si la OMS pone el límite en 1 hora a ese nivel de contaminación, en Madrid sólo se activarán medidas de forma activa tras cuatro días. Serán las siguientes:
El siguiente nivel es el de AVISO, y su límite es de 250 μg/m3 de NO2. Si estos niveles se alcanzan tras una situación de preaviso de cuatro días, entonces se activarían las medidas anteriores. En caso contrario, habría que esperar dos días para activar esas primeras medidas restrictivas. En caso de que los madrileños estuvieran tres días respirando esa podredumbre, entonces:
El último nivel, de ALERTA, corresponde a unos irrespirables niveles de 400 μg/m3 de NO2 durante tres horas consecutivas detectados por tres estaciones de la misma zona. Entonces, la restricción de la circulación se ampliaría a la M-30.
¿Demasiado tiempo de espera?
En mi opinión, es positivo que se establezca un plan de actuación preciso para evitar riesgos en la salud pública, no obstante y como podemos ver, quizá los tiempos de actuación son demasiado largos. Es decir, los madrileños podrían seguir estando sometidos a situaciones de contaminación complicadas mientras estas no superen los tiempos establecidos.
Otros asunto es si este tipo de medidas son las más adecuadas. De esto os hablamos cuando reflexionamos sobre si París se había equivocado al aplicar su propio paquete de medidas. Y es que varios expertos indican que renstringir la circulación esporádicamente del modo en que lo hicieron los galos suele agravar el problema. El único método válido que ven estos es penalizar a los vehículos que más contaminen encareciendo o prohibiendo su acceso al centro de la ciudad.
El ayuntamiento de Madrid, por su parte, invita como no podría ser de otro modo a que no nos pongamos nerviosos con el asunto. Desde 2011 sólo se han alcanzado niveles alarmantes en tres ocasiones (por cierto, los valores se pueden consultar en todo momento a través del servicio de vigilancia de la calidad del aire).
Bonita fecha para tomar de referencia, pues meses antes, la propia corporación municipal había decidido cambiar de sitio una decena de estaciones, escondiéndolas bajo la alfombra mudándolas a zonas de la periferia donde curiosamente los niveles de contaminación no son tan elevados.
Vía | Ayuntamiendo de Madrid y El Mundo
Imágenes | gaelx (CC), Tranks (CC) y Simone Ramella (CC) en Flickr
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