¿Me servirá un vehículo eléctrico a mí?

¿Me servirá un vehículo eléctrico a mí?
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Muy bien, ya sabemos que debemos ir cambiando a otros combustibles y energías en automoción. Y también hemos visto que un vehículo eléctrico consume menos energía y además contamina menos. Sin embargo, hay algunas últimas preguntas que algunos os podeis hacer.

Por ejemplo: ¿me servirá un vehículo eléctrico a mí?, ¿habrá un modelo para mis necesidades?, ¿no tienen poca autonomía?, ¿me quedaré tirado en mitad de la carretera cuando se agote la batería? Vamos a verlo en este artículo.

Aunque ahora mismo no haya todavía muchos modelos de vehículos eléctricos disponibles, a lo largo de este año y el siguiente irán saliendo cada vez más modelos, en diferentes categorías y tamaños, y de muchas marcas. Desde pequeños utilitarios de tres puertas pensados para ciudad, hasta furgonetas para profesionales, pasando por berlinas más o menos grandes. Y por supuesto también hay motos eléctricas.

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Cada conductor podrá encontrar el tipo de coche que necesita. Sin embargo puede seguir preocupado por la autonomía. No hay que ocultar las aparentes limitaciones de los vehículos eléctricos en estos primeros años. La autonomía media de un coche eléctrico de los que se venden ya (o se venderán dentro de nada) es de unos 160 km por recarga completa. La autonomía de un coche diésel puede llegar a 900 o 1.000 km a nada que el conductor sea eficiente. Es una diferencia muy grande.

Pese a esto, fijaos que he dicho “aparentes limitaciones” intencionadamente. Resulta que las estadísticas muestran que aproximadamente el 80% de los vehículos que circulan cada día por nuestras calles y carreteras hacen menos de 100 km diarios (normalmente la ida y vuelta al trabajo, y poco más). Esto quiere decir que tres de cada cuatro conductores tendrán suficiente con la autonomía de su vehículo eléctrico.

Vehículos eléctricos de baterías

Para los demás conductores, o para cuando un día se tenga que hacer un viaje un poco más largo, los fabricantes han pensado en diferentes soluciones:

Algunos modelos tienen dos tomas de recarga, una lenta y otra rápida. Con la recarga rápida se pueden conseguir unos 50 km de autonomía extra en 10 minutos, o incluso recargar hasta un 80% la batería en media hora. En plazas reservadas en la calle, en estacionamientos públicos o de centros comerciales y en electrolineras, habrá puntos de recarga, y de recarga rápida.

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Otros modelos tienen un sistema de cambio rápido de batería, como por ejemplo el Quickdrop de Renault. La batería va colocada en el coche de modo que se puede quitar y poner desde debajo, con un sistema automatizado, en unos tres minutos. Se haría en electrolineras como las de Better Place [marca registrada]. Entras con tu coche y la batería descargada, y sales con una batería completamente cargada: ya tienes 160 km más de autonomía.

Para utilizar el sistema de cambio de batería, el propietario, en lugar de comprar la batería junto con el coche, paga una cuota mensual por su uso y mantenimiento. Esta mensualidad depende del número de kilómetros anuales que haga el coche. Además de poder cambiarla tantas veces le sea necesario en una electrolinera, el fabricante se hará cargo de sustituir la batería del coche cuando esta llegue al final de su vida útil, sin que el propietario tenga que pagar por una nueva.

Esta es la opción por la que apuesta Renault. Supone una ventaja muy interesante: el precio de compra del coche eléctrico se reduce notablemente respecto a uno similar con la batería en propiedad. La batería de iones de litio de un coche eléctrico, a día de hoy, puede costar entre 8.000 y 12.000 euros (según el modelo). Es lo más caro del coche sin duda.

Por ejemplo, un Nissan Leaf, con batería en propiedad, tendrá un precio de venta (IVA y subvención incluida) de unos 30.000 euros. El Renault Fluence Z.E., muy similar en tamaño, prestaciones y equipamiento, pero con la batería en alquiler, tendrá un precio de venta (IVA y subvención incluida) de unos 21.000 euros.

Vehículos eléctricos “especiales”

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De todos modos, para aquellos conductores a los que ninguno de estos dos sistemas les convenza, y no se atrevan con un vehículo eléctrico de baterías, hay otra alternativa: optar por un coche eléctrico de autonomía extendida (como el Chevrolet Volt o el Opel Ampera) o bien optar por un coche híbrido enchufable (como el Toyota Prius Plug-in).

Estos coches, con ciertas diferencias tecnológicas entre uno y otro, son básicamente un coche eléctrico de baterías, que además tiene un depósito de gasolina y un motor de combustión interna. Cuando las baterías se descarguen, el conductor no necesitará buscar un punto de recarga o de cambio de la batería. Tampoco se quedará tirado. El coche seguirá funcionando gracias a la gasolina.

Aunque este tipo de vehículos no se deshacen del todo de la dependencia de los combustibles derivados del petróleo, son una muy buena alternativa de transición mientras los vehículos eléctricos “puros” siguen mejorando. El consumo mixto de un Toyota Prius Plug-in es de 2,6 l/100 km y la recarga de su batería de litio requiere entre una hora y media y dos horas.

No me diréis que no hay opciones.

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