Un casco de papel por tan solo 1,2 € y que cumple las normas de seguridad

Un casco de papel por tan solo 1,2 € y que cumple las normas de seguridad
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Los sistemas públicos de alquiler de bicicletas se han convertido en una característica habitual en muchas ciudades de todo el mundo. En la mayor parte de ellas no es obligatorio el uso del casco, en otras, como es el caso de España, están estudiando imponer su uso obligatorio, y en otras, como es el caso de Australia su uso es obligatorio.

En algunas ciudades de Australia, por ejemplo Melbourne, existen máquinas automáticas expendedoras de cascos, hechos de poliestireno termoplástico, que venden los cascos a un precio subvencionado de cinco euros para el que no se ha acordado de llevar consigo su propio casco y no quiere ser multado.

Los sistemas públicos de alquiler de bicicletas ayudan a liberar las vías urbanas de tráfico y bajar los niveles de contaminación, pero si quieres circular de una forma segura no te queda más remedio que llevar tu propio casco.

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La idea de desarrollar un casco a un precio lo más barato posible, que pudiera ser homologado, y que cumpliera su función de forma práctica y efectiva, estaba en la mente de los tres diseñadores británicos, Gottelier, Bobby Petersen, y Ed Thomas, graduados del Royal College of Art de Londres.

Pero hasta ahora no hemos hablado del material del casco. El Pulp Helmet, o casco de pulpa de papel, ha sido diseñado por ellos pensando en ofrecer una opción a los que alquilan una bicicleta y no llevan el casco con ellos, pudiendo adquirir uno por tan solo 1,2 euros.

Estos cascos están realizados con pulpa de papel, una mezcla de papel reciclado mezclado con agua hasta crear una pasta homogénea a la que se le añade un aditivo orgánico para dar resistencia y un pigmento natural para colorearlo. A la mezcla se le da forma en un molde al vacío, se calienta y después se somete a proceso de secado.

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El resultado es un casco de bicicleta con unos surcos profundos que permiten que el aire fluya alrededor de la cabeza, para evitar dar calor, y por donde pasan unas correas, para asegurarlo a la cabeza. El casco así fabricado está destinado a cortos periodos de uso aunque aseguran que es capaz de aguantar hasta seis horas bajo la lluvia. Una vez usado se puede reciclar, convirtiéndolo de nuevo en pulpa y reconfigurándolo en un nuevo casco.

Los que más podrían beneficiarse de esta idea, como ya hemos comentado, son los sistemas públicos de alquiler de bicicletas, que mediante máquinas expendedoras, o en tiendas locales, podrían ponerlos a disposición de sus usuarios a lo largo de todo el mundo.

Pero nos surge la pregunta, ¿es seguro? los diseñadores afirman que si, además a pasado las pruebas para conseguir la homologación europea y, en cualquier caso, siempre será mejor este casco que no llevar nada protegiendo nuestra cabeza. Ahora os dejo un video para que podáis ver el proceso de fabricación.

Vía | Bike Line Living Video | Vimeo En Motorpasión Futuro | Hövding, el casco "invisible" para bicicletas

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