Dolorpasión™: la esperada llegada de tu Ferrari F430 Spyder

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Eres un hómbre de negocios, tu empresa va rumbo en popa a toda vela y tu cuenta corriente tiene muchos ceros, precedidos de algún dígito distinto. Es el momento de cumplir uno de tus sueños. Ahora que ya tienes la mansión para vivir, la casa de playa para veranear, el barco para navegar con tus amigos, es el momento de tener por fin en el garaje de tu casa un Ferrari.

Te decantas por la versión Spyder del F430, a pesar de que sabes que pronto tu vecino de la casa de playa tendrá el último modelo de Maranello, el Ferrari 458 Italia. No importa, vas al concesionario y lo configuras a tu antojo, haces la primera parte del pago y te dicen que en 4 meses tendrás el coche allí, que ellos te avisarán.

Los días van pasando y tu vas tachando estos en el calendario de tu despacho, como si fueses un preso cuya libertad se traduce en un espectacular Ferrari F430 Spyder para disfrutar a tu antojo. Un buen día por la mañana te llaman del concesionario, lo estabas esperando. Te dicen que tu Ferrari llegará el próximo lunes, que te puedes pasar por allí a las 8 de la mañana para recogerlo.

Los nervios se hacen notar en tu estómago a medida que se acerca el día. La noche del domingo para el lunes, no puedes cenar y apenas pegas ojo. Sabes que al día siguiente algo especial ocurrirá en tu vida, vas a cumplir uno de tus sueños, poseer un Ferrari.

Como no pegas ojo, dejas a tu mujer durmiendo y a las 6.45 te levantas. Desayunas en la cocina sin poder dejar de pensar en todos los detalles que rodean a tu nueva máquina. Te vistes con ropa cómoda y bajas al garaje. Coges el Maseratti Quattroporte que también has comprado en el mismo concesionario que el Ferrari y te diriges hacia allí, aunque sabes que todavía es pronto.

A las 7.45 estás delante del concesionario, aunque sabes que no hay nadie allí, todo está todavía apagado. Decides quedarte dentro de tu Quattroporte escuhcando algo de música country, pensando en emular a The Stig cuando tengas tu nuevo deportivo.

Poco a poco va amaneciendo y comienzan a llegar los empleados del concesionario. Fuera todavía hace frío, y tu estás disfrutando de la calefacción en los asientos de tu berlina italiana. Ves llegar a Andrea, el comercial de origen italiano que te ha vendido ambos coches.

Decides bajarte y entrar en el concesionario a ver si ya tienen tu nuevo Ferrari. Marcelo dice que tiene que estar a punto de llegar, hace una llamada a la empresa de transporte y te dice que no te preocupes, que en 5 minutos estará aquí.

Tus nervios están a flor de piel y no puedes atender a Marcelo, que comenta algunos detalles sobre el nuevo Ferrari 458 Italia que habían recibido la semana pasada. Por fin ves que por la esquina del fondo aparece un enorme trailer, y presientes que dentro está tu Ferrari.

El camionero, con unos cuantos kilos de más, aparca el camión al lado de un Toyota FJ y de un BMW X5. Entonces se baja del camión y se dirige a la parte de atrás. No te puedes creer que él vaya a ser quien baje mi nuevo coche del camión, pero mucho menos te puedes creer lo que ocurre a continuación.

La ilusión de los últimos cuatro meses "se caen por los suelos" (nunca mejor dicho) cuando el Ferrari F430 Spyder con su flamante color rojo y asientos de cuero beige cae inevitablemente al suelo desde la parte de arriba del camión, golpenado violentamente con todo el difusor y los escapes traseros contra el asfalto.

Así termina enero en Motorpasion, con un poco de Dolorpasión™ de color rojo...

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