Pony Tales: 1967 Ford Mustang GTA 390 vs 1967 Chevrolet Camaro 350SS/RS

Las comparativas de clásicos me encantan, y si en ellas se enfrentan los dos pony cars que más debates han originado, mejor que mejor. Por un lado, tenemos un 1967 Ford Mustang GTA 390 y por el otro, un 1967 Chevrolet Camaro 350SS/RS. Esta comparativa es similar a la reedición de la persecución de Bullitt, pero con diferente resultado.

Este enfrentamiento ya lo habíamos visto en versión actualizada y virtual, donde el Camaro ganaba casi por goleada al Mustang, pero en esta, hecha con los coches de hace 40 años, la victoria es para el pony de Ford.

En Motor Trend comienzan la comparativa con un poco de historia. Hablan sobre los primeros pony cars y como fueron evolucionando hasta lo que hoy conocemos. En aquella época, fueron concebidos del mismo modo que hoy vemos un Golf GTI o un Astra GTC, los coches que quieren los más jóvenes para diferenciarse de los coches que llevan sus padres, con una estética más deportiva y prestaciones muy superior a las de sus predecesores.

Aunque muchos piensen que el Mustang fue el primer pony car, realmente el primero fue el Plymouth Barracuda, pero el Mustang fue el consiguió llevarse el gato al agua, con unas ventas extraordinarias y muy por encima de los esperado en Ford.

Viendo esto, General Motors estuvo haciendo pruebas para conseguir lanzar al mercado un rival que pudiera destronar al rey Mustang. Con la bajada de ventas del Chevy Corvair Monza, solo les quedaba la opción de construir un coche más largo, más ancho y más rápido. En definitiva, un coche mejor en todos los aspectos. De esta idea nacieron los F-Body y de ahí salió el Camaro.

Esta comparativa la gana el Mustang, pero por motivos más personales que prestacionales, que a fin de cuentas, también cuentan como algo válido. El Mustang es un icono, al igual que lo es el Camaro, pero siempre será el pony car por excelencia.

Ahora os dejo a vosotros elegir vuestro favorito. Yo no le haría ascos a ninguno de los dos, pero puestos a elegir, mi elección creo que es más que obvia.