Ayer fue Super Aguri, hoy ha sido Honda, ¿y mañana a quién le tocará?

Ayer fue Super Aguri, hoy ha sido Honda, ¿y mañana a quién le tocará?
Sin comentarios

Es tan gordo lo que ha pasado con Honda en apenas 24 horas, que todavía no me hago a la idea de que el año que viene podrían haber sólo 18 monoplazas compitiendo en cada una de las carreras. Echando no demasiado la vista atrás, todos nos frotábamos las manos al especular con una parrilla de 24 coches para la temporada 2008 cuando en abril de 2006 Prodrive fue escogida, entre ¡más de 20 aspirantes!, como la escudería que se ganaba la última plaza para la demandadísima Fórmula 1.

Apenas un par de años después, y curiosamente tras una temporada de 2008 que tendría que haberse iniciado con 24 coches en pista, se nos presenta un panorama desolador para las parrillas futuras, pues ya no sólo se quedó en un simple sueño lo de Prodrive, sino que además se han caído por el camino Super Aguri y Honda (a la que le costará incluso encontrar comprador), y tenemos otras tantas escuderías de dudosa continuidad a medio/largo plazo que se han planteado en algún momento si estarían en la F1 muchos años más, como Toro Rosso, Toyota o la mísmisima Renault. Y otras que seguro que querrían seguir muchos años, como Williams, podrían verse tarde o temprano forzadas a seguir los pasos de Honda.

La conclusión de todo esto es muy clara: mucha atención a las líneas generales que se están marcando para definir el futuro de la Fórmula 1. De lo que se decida en, me atrevería a decir, los próximos meses, dependerá muy mucho cómo evolucione la F1. El recorte de costes es un extremo que hoy por hoy parece imprescindible para la supervivencia del deporte, pero que no se nos vaya tampoco demasiado la mano, porque los BMW, Ferrari y compañía no van a querer formar parte de una competición monomarca de desarrollo tecnológico capado por todos lo lados.

Y otra cosa que se viene diciendo desde ya hace unos años y que, lamentablemente, la actualidad empieza a confirmar: dejar la Fórmula 1 en manos de los grandes fabricantes de coches es un arma de doble filo. En épocas buenas, no habrá problemas y todo será gasto en I+D y desarrollo constante, pero cuando la F1 sea un gasto inabordable para unas empresas que, no nos olvidemos, se dedican a vender coches de calle, cerrarán el grifo y si te he visto no me acuerdo. Y si no, ya hemos podido ver lo que ha pasado en este entorno de crisis. Así que no estaría de más volver a plantearse la opción de los coches cliente.

El futuro de la Fórmula 1 depende de las decisiones que se tomen a partir de hoy. Tengamos cabeza, por favor.

Temas
Comentarios cerrados