Dakar: los diez coches que han hecho historia (Parte I)

Dakar: los diez coches que han hecho historia (Parte I)
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Sólo quedan dos días para el comienzo de la prueba que todos esperamos en enero junto al Rallye de Monte-Carlo. El Dakar se ha ganado por derecho propio tener un hueco en el corazón de todo aquel verdadero aficionado al automovilismo debido a que en él, más que en cualquier otra categoría se pone al límite tanto al ser humano como a la maquina. Más de tres décadas de historia en las que hay muchos nombres propios.

Hoy vamos a centrarnos en los coches. Durante hoy y mañana vamos a hacer un repaso a los diez modelos más exitosos que han surcado las dunas del Dakar, tanto en su primera etapa africana, como en la actual por tierras sudamericanas. No sabemos si su creador, Thierry Sabine estaría orgullos en lo que se ha convertido la prueba, pero lo cierto es que somos muchos los que esperamos la víspera de la noche de Reyes con la ilusión de cuando éramos niños.

Renault 20 Turbo de los hermanos Marreau

Renault 20T

El primero será la excepción que confirma la regla. El proyecto de los hermanos Marreau resume perfectamente la filosofía del Dakar, con un equipo prácticamente amateur, llevado por una pareja que había cosechado varios éxitos en carreras-aventura disputadas en el continente africano y que tras dos intentos previos con el Renault 4 alcanzó la gloria con el Renault 20 Turbo de 132 CV en 1982 después de defenderse con uñas e ingenio de los ataques de escuadras mucho más potentes.

Míticas son esas imágenes de los dos hermanos galos defendiéndose de los ataques del 4x4 de la marca de la estrella por los senderos del Paris-Dakar. Han sido por mucho tiempo denominados los primeros héroes del Dakar, un título que sin duda se merecen tras afrontar posiblemente los años más complicados de la prueba, en la que las medidas de seguridad brillaban por su ausencia y los medios eran prácticamente inexistentes.

Porsche 911 y 959. El primer gran éxito de Prodrive

Porsche 959

Son dos conceptos distintos, pero no me gustaría dejar a ninguno de los dos coches de Porsche fuera de este pequeño homenaje. En 1984 la firma de Stuttgart entró al Dakar en gran parte por la insistencia de Jacky Ickx (ganador un año antes de la prueba junto a Mercedes). Los alemanes aceptaron el reto y llevaron una versión 4x4 de su 911 SC con un motor Bóxer de seis cilindros y 225 CV. Tanto en este proyecto, como en los posteriores, Prodrive tuvo mucho que ver, siendo prácticamente el primer gran éxito que se recuerda de la estructura británica de David Richards.

A pesar de que la gran estrella del equipo era Monsieur Le Mans, Jacky Ickx, tanto en 1984 como en 1986 el triunfador al volante del Porsche fue René Metge. En este último año, Metge compartió la gloria en el podio con Ickx, ambos al volante del poderoso 959 biturbo de casi 400 CV. Un esfuerzo que la marca del caballo hizo para resarcirse del bochornos fracaso sufrido en 1985, cuando sus tres 959 tuvieron que retirarse por diferentes motivos. La edición del 86 fue precisamente en la que Sabine, creador del Dakar, fallecía en un accidente de helicóptero.

Los T16 de Peugeot. Los finlandeses volaron más alto

Peugeot 205 T16

Peugeot entró con todo en el Dakar en 1987. Con los Grupo B exterminados del Mundial de Rallyes por parte de la federación y tras los desgraciados accidentes que todos recordamos en 1986, la marca del león buscó otras alternativas con las que recuperar parte de la inversión realizada y además seguir cosechando triunfos. Las dos salidas más inteligentes fueron el RallyCross por medio de equipos privados y el Rally-Raid más duro del planeta. Los 380 CV del Peugeot 205 T16 fueron una completa pesadilla para sus rivales que vieron como el compacto galo se llevaba la victoria en el 87 y el 88, en manos de Ari Vatanen y KKK.

El triunfo de Juha Kankkunen fue una sorpresa, ya que Vatanen era el verdadero favorito en aquella edición ya con el 405 T16 en sus manos, pero el finlandés fue descalificado después de que le robaran el coche en el parque cerrado de la capital de Malí, Bamako. Como dato, los ladrones pidieron al equipo Peugeot que se les entregaran 100.000 dólares para recuperar esta unidad. El coche aparecería más tarde en las cercanías del parque cerrado, pero ya era tarde y el finlandés bebedor de leche sería descalificado por llegar dos horas tarde al control de salida.

Vatanen tendría que esperar un año para quitarse la espinita con el 405 T16 Gran Raid, aunque contando con una buena dosis de fortuna después de que una moneda lanzada al aire por Jean Todt (jefe del equipo en aquella época y ahora presidente de la FIA) determinara entre Ickx y Vatanen quién iba a llevarse el trofeo. Los 400 CV del nuevo modelo y la calidad de ambos pilotos no dieron opción al resto de participantes, sumando más de tres cuartas partes de las victorias de etapa y llevándose la victoria en 1989 y 1990 de manera aplastante.

Citroën ZX Rally Raid. Siguiendo la tradición victoriosa

Citroën ZX

Como ya ocurrió en el WRC con el paso del dominio del Peugeot 206 WRC al del Citroën Xsara WRC (con la excepción de 2003 y el título de Petter Solberg) el Dakar vio como en 1991 la marca del león dejaba paso a su compañera del grupo PSA, Citroën, en la racha de triunfos. La tecnología, estructura y pilotos pasaban a lucir los dos chevrones y un más civilizado Citroën ZX Rally Raid de 300 CV le permitía repetir victoria por tercer año consecutivo a Ari Vatanen.

Tras dos años de sequia debido a los incómodos equipos nipones, Citroën recuperaría el tuareg dorado en 1994 y no lo soltaría hasta 1996, consiguiendo tres victorias consecutivas con la pareja formada por Pierre Lartigue y su copiloto de confianza, Michel Perin, que después acompañaría a nuestros representantes, Carlos Sainz y Nani Roma. Lartigue hizo valer su regularidad y fiabilidad para conseguir su particular Hat-Trick, a pesar de tener en el mismo equipo una presencia tan incómoda como la del rapidísimo Ari Vatanen. Aun así, el francés y sus inseparables gafas fueron capaces de sumar nada más y nada menos que 10 de las 20 victorias de etapa en 1995, poniendo en evidencia el claro dominio de los de Versalles.

El sol naciente apagó el dominio galo. Mitsubishi Pajero Proto

Mitsubishi Pajero

En casi una década de imparable dominio de la tricolor francesa, tan sólo hay dos excepciones, en 1992 y 1993 con la aparición de la tradición y tecnología japonesa. Mitsubishi hizo acto de aparición con sus Pajero Proto de motor 2.0 y 350 CV de potencia para intentar frenar la racha de los ZX. Contando con pilotos europeos en vez de compatriotas, la firma de los tres diamantes fue capaz de sumar dos importantes triunfos en medio del vendaval Citroën.

Primero Hubert Auriol y después Bruno Saby levantaron el tuareg al cielo de Ciudad de El Cabo en el caso de “el africano” (primer año que no terminaba en la ciudad que le daba su nombre a la prueba) y Dakar, respectivamente. La de 1992 fue una edición tocada por la polémica con el famoso rio en Angola y la difícil situación política en el Chad, en lo que sería la primera vez que el GPS haría acto de aparición. El triplete conseguido por los coches japoneses en 1992 contrastaría con la victoria de Saby un año después, al que le acompañaron dos Citroën en el podio.

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