Descubriendo Brackley, la sede de Mercedes AMG F1: Race Support

Descubriendo Brackley, la sede de Mercedes AMG F1: Race Support
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Tras una semana repasando todo lo que sucede en Brackley a través de los ojos de Motorpasión F1, llegamos a nuestra última sección. Se trata de la zona conocida como "Race Support", desde la que un equipo de ingenieros trabaja para dar soporte remoto al equipo de carreras, se encuentre donde se encuentre. Por lo tanto, desde Brackley estos ingenieros pueden tener acceso a prácticamente los mismos datos que la gente que se encuentra en el circuito.

La sala de Race Support tiene el aspecto, por fuera, de una oficina británica. Pasillos diáfanos con suelo enmoquetado. Nada nuevo a primera vista. Pero al girar la cabeza y ver el interior de la sala, entendemos por qué esto es distinto. Veinte terminales con sus ordenadores (cada uno con varias pantallas) y todo lo necesario para trabajar con una enorme "multipantalla" en una de las paredes hacia la cual todas las terminales miran. Básicamente una gran pantalla con un mapa GPS sobreimpresionado encima de lo que es la cámara de realización y varios datos en los laterales.

El único inconveniente real es que toda esta información que llega desde el circuito, lo hace con tres segundos de retraso. Aún así, este soporte desde su base es extremadamente valioso ya que permite que el equipo "se salte" el límite de ingenieros en el circuito impuesto por la FIA. Permite que temas como la estrategia se trabajen sobre todo desde Brackley, mientras que otros temas que deban ser tratados "in situ" pueden tenerse en cuenta allí.

Número de simulaciones de vértigo

Nuestro anfitrión es el conocidísimo Jock Lear, ex-ingeniero de pista de Jacques Villeneuve en sus etapas de Williams y BAR, Takuma Sato en BAR, Rubens Barrichello en Honda y Brawn GP y finalmente, Michael Schumacher y Lewis Hamilton en Mercedes. Lear nos da, casi nada más empezar, un número que cuesta de asimilar. Desde Brackley se hacen unas 300.000 simulaciones antes de empezar la carrera sobre cómo podría ir, qué podría suceder y cómo afrontarla, junto con varias de las formas de plantearla. Todo esto se hace gracias a una potencia computacional espectacular.

Además, una vez empezada la carrera, estos mismos ordenadores sacan unas 10.000 simulaciones por vuelta, lo que implica que en el pasado Gran Premio de Canadá el equipo tenía el potencial para sacar tranquilamente un millón de simulaciones para cuando terminara el gran premio. Aunque claro, imaginamos que hacia el final de carrera y con uno de los dos coches fuera, no había tanto que calcular. A pesar de todo, eso demuestra el grado de tecnología que encontramos en la Fórmula 1 hoy en día.

La información fluye de forma constante en ambas direcciones, desde Brackley hasta el circuito y desde el circuito hasta la base de Mercedes. Una veintena de personas analizan todos los datos disponibles y aportan su granito de arena (o varias rocas, según se quiera ver) al rendimiento y evolución de la escudería. Hablando sobre lo que los propios ingenieros ven desde la base, a Lear "se le escapa" que Lewis Hamilton es percibido como un piloto más "volátil", lo cual cuadra con todo lo que se oye por los pasillos de Mercedes.

Muchos gastos y pocas nueces

Otro tema interesante que aborda Jock Lear es que los equipos realmente no ahorran gastos a pesar de todas las medidas que la FIA impone. Cuando se decide tomar medidas para intentar reducir los costes y se limita el tiempo que los equipos pueden estar en pista, esto es lo que ocurre. Cierto es que se ahorra el dinero que se usaría para poner el coche en pista, para realizar pruebas y demás temas similares. Pero esto tiene un efecto secundario que a veces no se tiene en cuenta.

Equipos como Mercedes deciden gastar ese dinero en sistemas de simulación tanto a nivel de simuladores para los pilotos como centros de soporte remoto como el "Race Support", que juega con la información para sacarle el máximo partido. Estos sistemas son siempre especialmente caros y los equipos más pequeños no pueden permitírselos o, por lo menos, no pueden permitirse tener sistemas tan competitivos. Esto les perjudica ya que con personal competente, hay cosas que podrían entender en pista pero la tecnología les lastra por tener menos dinero... ya que al final se gasta más en todo esto que en probar en la pista.

Jock Lear se muestra particularmente en contra de las prohibiciones en pos de reducir los gastos de los equipos a través de la prohibición de rodar ya que, según él, le quita importancia al personal y la transfiere al dinero. Este dinero se invierte en hacer que la Fórmula 1 sea más técnica y tecnológica ya que todo debe prepararse sin haber rodado, lo que aumenta los gastos en gran medida. Por lo tanto, la Fórmula 1 se encuentra con que tiene más gastos, menos pruebas y más desigualdad entre los equipos.

Tras el pequeño debate con alguien que ha vivido el lado técnico de la Fórmula 1 desde dentro desde hace 18 años, nos despedimos y terminamos nuestra visita en la zona de trofeos de Mercedes AMG (hay una sala para los trofeos del equipo de 2010 en adelante). Allí están los trofeos, recién llegados, de Mónaco y Canadá, pero también los obtenidos por el equipo en los últimos años. Entre ellos destaca para un servidor uno que suscita muchas emociones; el último de Michael Schumacher, obtenido en el Gran Premio de Europa de 2012 disputado en el Valencia Street Circuit. Un final emocional para una visita fantástica en la que se ha aprendido de todo.

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