La carrera ecológica ya envuelve todo lo relacionado con el mundo del automóvil. Cada vez los fabricantes de automóviles se esfuerzan por conseguir desarrollar coches más eficientes, desarrollando nuevas tecnologías e invirtiendo mucho dinero en I+D+i.
Pero conseguir un compromiso ecológico no solo atañe a los fabricantes de automóviles, sino que la industria auxiliar también ha decidido colgarse la medalla verde y trabajar duro para ayudar a reducir la contaminación. Tanto que hasta en la Fórmula 1 ya se está empezando a utilizar biocarburante.
Así lo ha anunciado la semana pasada Shell, el suministrador oficial del equipo Ferrari de Fórmula 1. La Scudería utiliza en sus monoplazas combustible Shell V-Power, y este por primera vez utiliza un biocarburante avanzado, algo importante esta temporada en la que no hay paradas para repostar combustible en las carreras
Por ello Shell y Ferrari han desarrollado conjuntamente un carburante que maximice el rendimiento del coche de carreras. Para ello utilizan el etanol de celulosa como carburante final, idéntico al etanol pero que puede ofrecer hasta un 90% menos de emisiones de CO2 que la gasolina.
El etanol de celulosa se produce en la planta de Iogen Energy en Ottawa, Canadá, utilizando la paja de cereal no comestible y un avanzado proceso de conversión. Shell y Energy Iogen están trabajando en la construcción de una planta de comercialización de etanol de segunda generación en Saskatchewan, Canadá.
Así pues parece que si la búsqueda de los carburantes más eficientes ya ha llegado hasta la máxima categoría de la competición automovilística mundial, esta carrera ecológica se hará más habitual en breve a los surtidores de las gasolineras comunes dónde repostamos nuestros vehículos.
