Si no hace nada estábamos publicando los resultados de vuestros votos en cuanto a cuál fue el mejor Gran Premio del año 2010, en el que salía la carrera de Corea del Sur en el circuito de Yeongam como la número 1, hoy vamos a leer la otra cara de la moneda. No es otra que el esperpento organizativo que vivimos en el Gran Premio de Corea y la sensación de “llegamos justo y que pase lo que pase” con la que nos quedamos después de la última victoria de Fernando Alonso en este año.
Lo peor no es eso, sino que se haya elegido ese Gran Premio, justamente, como el Gran Premio que se ha llevado el galardón a la organización. Al principio pensé que sería como esos Oscar del cine a los peores actores y actrices, y películas. Pero no. Drama.
Las razones para dar un premio a los mejores promotores para los que perpetraron Yeongam no pueden ser otras que políticas. Políticas dentro de los dominios de la FIA, y de forma que se asegure el flujo de dólares hacia las arcas de la FIA.
No puede ser otra razón porque a priori, y también a toro pasado, el circuito no estaba preparado como debe ser para acoger un Gran Premio. Y así lo véis también algunos de vosotros. Me da igual quienes defienden que “habiendo pista, está bien”. No puede ser que en cualquier previo o jornada de entrenamientos se vea el barrizal que era cualquier acceso al circuito, o se vea a los obreros durmiendo en sus carretillas mientras se intenta correr con seguridad.
Han pasado bastantes días desde que comentamos esta noticia hasta que publicamos esta especie de reflexión. Pero creo que de aquí a 2020 es igual de vigente el hecho de que no todo vale (o debería valer) en el lucrativo negocio de la F1. No vale que las carreras terminen en penumbra porque sea más rentable en cuanto a horarios en Europa; no vale circuitos sin terminar porque haya negocio en el país X. No todo vale y a mi personalmente este premio a los organizadores de Yeongam me parece una vergüenza más en un año fenomenal de Formula 1.
