Estuvimos en la visita del Trophée Andros a Andorra

Estuvimos en la visita del Trophée Andros a Andorra
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Como viene siendo tradición desde hace casi dos décadas, Andorra albergó este pasado fin de semana una de las citas del Trophée Andros. La temporada 2012/2013 está siendo quizá descafeinada por las ausencias de Alain Prost y del equipo Skoda, tras el polémico final de la temporada pasada.

Y es que aunque se trate de un certamen que ya posee toda una historia detrás, le cuesta despegarse de la imagen de "bolo invernal", alimentada por sucesos como los del año pasado o la carta que Yvan Muller asegura haber recibido tras su décimo título declarándole persona non grata...

Andros Ford Fiesta

En todo caso, MotorpasiónF1 tuvo la oportunidad de acudir a Pas de la Casa para presenciar la segunda cita de la temporada, y vamos a intentar en este post ir un poquito más allá de la simple crónica. Desde hace cuatro años el Andros incluye un certamen eléctrico, que poco a poco Max Mamers ha intentado colocar en pie de igualdad con el tradicional. Así, hoy por hoy hay un Andros "térmico" y otro "eléctrico", como los llaman los organizadores.

Andros 1

Tal y como dijimos anteriormente, el térmico vive horas bajas, apenas una docena de coches presentes (aunque compartidos entre dos pilotos cada uno de ellos), pero para animar las carreras, 2MO ha abierto las finales a un mayor número de coches, lo que asegura que en cualquier momento de la carrera haya alguna lucha que merezca la pena seguir.

Quizá la mayor pega sea el sistema de competición, excesivamente enfarragoso: dos sesiones de clasificación, dos finales, todo ello puntuable, y la posibilidad de que los rivales por el título rara vez se enfrenten en pista. Eso mismo ocurrió en el Circuit de Grandvalira, pues Jean-Phillippe Dayraut (ayudado por su compañero de marca, Mini, Bertrand Balas en la segunda final...) y Benjamin Rivière, con el nuevo Citroën DS3, se repartieron los triunfos cuando precisamente son los máximos rivales por el título, a tenor de lo visto aquí y en Val Thorens.

Y ahora toca hablar de los "polémicos" eléctricos. Sí, sus motores no hacen ruido. Sí, todos preferimos el sonido de un V12. Pero correr, corren que se las pelan: apenas un segundo más lentos que los térmicos en Andorra, y te permiten escuchar sonidos casi inapreciables en coches con motor a combustión, como las frenadas o las derrapadas. Encima añadiría que estéticamente son muy resultones y hay algunas decoraciones realmente preciosas.

Andros Electrico 1

Además, las carreras son casi más divertidas que las de térmicos, con mucha batalla en el pelotón y un sistema de competición mucho más sencillo. Los triunfos en Andorra fueron para Christophe Ferrier (que disputó en Andorra los dos certámenes) y Stéphane Ortelli.

Andros Electrico 2

En lo que se refiere a vivirlo al borde de la pista, las carreras sobre hielo sólo son comparables con el Monte-Carlo o el Rally de Suecia, pero con coches diseñados específicamente para esta superficie, por lo que la espectacularidad no falta. Además, los pilotos buscan agradar al público: Dayraut, por ejemplo, entrenó en su vuelta de warm-up del sábado por la mañana el 360º con el que cruzaría la meta tras imponerse en la carrera de la jornada matinal. Del mismo modo, el ambiente es festivo y familiar: prácticamente para todos el Andros no deja de ser unas vacaciones racing.

Por otra parte, sí es cierto que el entretenimiento que se ofrece en Andorra al público se queda un poco corto. El paddock es algo pobre, y no hay ningún tipo de cafetería ni sitio donde éste se pueda resguardar del frío (y hacía mucho en la tarde-noche del sábado) en los descansos de un programa un poco cojo ante la ausencia de los motards (sólo hacen tres citas) y la desaparición en años anteriores de las categorías Promotion (ahora simplemente incluida en "térmicos") y femenina (de donde han salido la mayoría de chicas que disputan tanto el Andros térmico como el eléctrico), que bien servían para que hubiera acción en pista durante toda la jornada.

Comprensible, ya que cuantas más carreras, más se daña la pista y más posibilidades de que aparezca el asfato de la manera en que lo hizo en Andorra, pero probablemente el interés del público debería primar en estos casos. Eso sí, que haya cosas mejorables no quita que sea de agradecer que tengamos carreras de este nivel tan cerca de España en pleno mes de diciembre, y ojalá podamos volver el próximo año a disfrutar a las siluetas del Trophée Andros.

Resúmen de la Federación Francesa de Automovilismo:


Trophée Andros 2012-2013 - Andorre por FFSA-tv

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