Nada más terminar la carrera en la jornada de ayer, Peter Sauber era uno de los jefes de equipo más contentos de la parrilla. Colocar a sus dos pilotos en la zona de puntos era un sueño que hace unas semanas estaba más cercano a la utopía que a la realidad. Unas horas después, el gran resultado se tornaba un poco gris. Pedro de la Rosa era sancionado y perdía su primer punto de la temporada. Aún así, quedaba Kamui Kobayashi.
A pesar de que sus actuaciones con Toyota en las dos últimas carreras del año pasado fueron bastante reseñables, la carrera de ayer de Kamui Kobayashi fue para enmarcar. Su decimoséptima posición en la parrilla de salida hacía que para conseguir un gran resultado tuvieran que jugársela a la táctica más extraña. Y así lo hicieron. Safety-car en pista y en Sauber deciden que Kobayashi se mantenga en pista.
Kobayashi ascendía hasta la tercera posición, eso si, sin haber realizado su parada obligatoria. Era hora de tirar de la épica. El japonés estaba muy lejos de los tiempos de cabeza, iba perdiendo tiempo pero tampoco rodaba tan despacio como para que Jenson Button fuera su sombra ni para que le inquietara. La idea era sencilla. Rodar y tratar de hacer hueco para que en las últimas vueltas, pudiera entrar en boxes y aún así, mantenerse en zona de puntos.
Gracias a unos neumáticos duros que aguantan casi una carrera entera, la táctica funcionó. A falta de dos vueltas, Kamui Kobayashi entraba y salía a pista noveno, pero con lo que quizás no contaba en Sauber era que en tan sólo una vuelta, su piloto pudiera adelantar dos posiciónes. Las ruedas blandas frescas le permitían adelantar a Fernando Alonso y en un gran movimiento en la última curva, deshacerse de Sébastien Buemi. Séptimo. Gran resultado para Kamui Kobayashi y para Sauber.
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