La semana después del rally. Tres jornadas de emoción

La semana después del rally. Tres jornadas de emoción
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Este fin de semana hemos tenido lo que se puede llamar el sueño de un aficionado de rallyes. Al papel protagonista del Rally de Australia, perteneciente de nuevo al calendario del Mundial de Rallyes, se le sumaba el Príncipe de Asturias, valedero para el Nacional de Asfalto y el europeo, y el Mecsek Rally del Intercontinental Rally Challenge.

Además han sido pruebas con desenlaces y características completamente diferentes. Empezaremos con la prueba de las antípodas. El WRC está en su recta final, y lo que parecía un campeonato prácticamente encarrilado se ha convertido en una pelea entre los dos mismos actores principales de la temporada 2009.

Y es que la actuación de Citroën fue la más desastrosa del equipo galo durante los últimos años. Tras el vuelco de Loeb, cuando iba líder y por culpa de mirar los splits, todo parecía indicar que la oportunidad de Ogier había llegado. El joven francés tenía la pelota en su tejado y la opción de colocarse como nuevo líder y por tanto en situación de pedir un trato de favor de su propia escuadra.

El error y la posterior rotura del radiador dejaban a Ford con la posibilidad de actuar con tranquilidad y aplicar las tácticas de equipo que permitieran a Mikko conseguir recortar la mayor cantidad de puntos posible. Aunque también fue un tanto extraña la forma de actuar de Jari-Matti Latvala, que tras acatar fielmente y sin rechistar las normas de sus jefes le quitaba un punto en la power stage que puede ser vital para la resolución final.

Muy distinta fue la reacción de Sébastien Ogier ante las tácticas de Citroën. El tercero del campeonato no quiso hacer comentarios después de penalizar 10 minutos para que su ya reconocido jefe de filas le pasara y se situara en la decima posición que le daba el derecho para llevarse un punto más.

El de Australia se convirtió en un rally muy complicado tras las lluvias del primer día. Los abandonos hicieron temblar una lista de inscritos que ya era bastante corta y dejó situaciones tan curiosas como la de ver a Mathew Wilson y Khalid Al Qassimi en la cuarta y quinta plaza de la general final.

Por su parte el IRC ha vuelto a su actividad con el debut de Hungría en su calendario. Una prueba diferente para los pilotos que se llegaron a quejar de que se habían puesto en las cunetas una serie de elementos de seguridad que no se encontraban en los reconocimientos. Esto provocaba varios accidentes entre los pilotos punteros que dejaron la victoria en una lucha entre Kopecky y Neuville.

El joven belga sigue dando muestras de su rapidez en este tipo de rallyes, asfalto viejo, desgastado, estrecho, y a punto estuvo de arrebatarle una victoria que el checo se llevaría por tan solo ocho decimas de segundo en lo que es de nuevo uno de los resultados más ajustados de los últimos años.

En España por su parte vivimos la vuelta a la planilla internacional del Príncipe de Asturias. Miguel Fuster supo sacar provecho del exceso de lastre de sus rivales a los mandos de los S2000 que cumplían las reglas del Europeo. Como decía uno de los comentaristas ayer, la prueba asturiana se convirtió en un desfile de maquinas y pilotos internacionales que por fin han devuelto algo del prestigio perdido tras la salida del calendario del IRC.

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