Los motores 1.6 Turbo podrían convivir en la parrilla con los actuales V8 "descafeinados"

Los motores 1.6 Turbo podrían convivir en la parrilla con los actuales V8 "descafeinados"
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La pasada semana, Cosworth comunicó que con la nueva reglamentación de motores, que entrará en vigor en 2013, no podría dar servicio a sus actuales clientes. Para Cosworth, el desarrollo de un motor de estas características, desde cero, es una inversión que no puede asumir por lo que dejaban entrever que 2012 sería su último año en la parrilla tras su regreso en 2010.

Y es que un fabricante como Cosworth ni siquiera puede plantearse hacer sombra a gigantes como Ferrari, Mercedes o Renault. Pero a pesar de sus problemas, el fabricante británico aún no estaría fuera ya que de los actuales motorizadores de la Fórmula 1 quieren seguir con los actuales V8. Tan sólo Renault ha mostrado su apoyo a los motores 1.6 Turbo. Eso sí, ni los franceses olvidan que el desarrollo del nuevo propulsor equivaldrá a la inversión de mucho dinero y es por ello que quieren que les garanticen un reglamento a largo plazo.

El caso de Ferrari es más claro. ¿Alguien ha visto un modelo de calle de la marca italiana con un motor de cuatro cilindros? Supongo que no. Es por ello que Luca Cordero di Montezemolo es el principal opositor de esta nueva reglamentación aunque contará con el apoyo de Bernie Ecclestone. El “dueño” de la Fórmula 1 está muy en contra del cambio.

Pero no acaba ahí la cosa ya que en palabras del presidente de la FIA, Jean Todt, existe la posibilidad de que en 2013 convivieran en la parrilla los nuevos motores 1.6 Turbo con los actuales V8. Estos últimos estarían capados, de tal manera que en prestaciones fueran inferiores a los nuevos motores de cuatro cilindros. De esto ya se encargaría la FIA para que no hubiera quejas. Y por experiencia no será, en el WTCC aprendieron bastante de este tema.

Una propuesta que no ha tardado en encontrar sus primeros detractores. Eric Boullier no tiene demasiado claro que ambos motores puedan convivir. La dificultad de igualar las prestaciones es la principal razón y Boullier reconoce que se podría convertir en una pesadilla para la FIA.

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