Paul Drayson, un ejemplo para María de Villota

Paul Drayson, un ejemplo para María de Villota
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La pasada semana, María de Villota hizo por primera vez declaraciones tras el grave accidente sufrido el pasado mes de julio. La piloto madrileña reconoció que la rehabilitación está siendo una dura carrera de resistencia que poco a poco llega a su fin. Aunque quizás lo más remarcable en las declaraciones de De Villota es sus ganas de pasar página y seguir disfrutando de la vida. Una nueva oportunidad que quiere aprovechar y vivirla al 100%.

Como era lógico para una persona con gasolina en las venas, la pregunta obligada era sobre su posible regreso a la competición. María de Villota reconoció que ahora mismo no tenía una decisión tomada y admitía que más que por estado físico, la limitación podría venir marcada por la FIA y su normativa a la hora de emitir licencias. Por el momento, De Villota ha afirmado que quiere trabajar para mejorar la seguridad de los test aerodinámicos en la Fórmula 1 y en la escuela de conducción que dirige su padre, Emilio de Villota.

En este sentido, la normativa es clara. La FIA no expide licencias internacionales hasta cinco años después de que el piloto haya perdido el ojo. La razón viene determinada por los expertos que consideran que ese es el mínimo periodo de tiempo en el que el cerebro se acostumbra a la perdida de un ojo. La propia piloto ha admitido que ha perdido profundidad de visión y que aún le falta para acostmbrarse a la falta de su ojo derecho. Pero el permiso para competir no es algo que siempre haya sido así, ya que buena parte de la culpa la tiene un Lord británico, ex-ministro y emprendedor.

Si María de Villota decidiera continuar con su carrera, su mejor ejemplo sería Paul Drayson. Drayson nació ciego de un ojo algo que según la FIA le impedía competir a nivel internacional. Los resultados cosechados en 2008 en las American Le Mans Series fueron la razón para que la FIA decidiera concederle a una licencia internacional que le permitió disputar las 24 horas de Le Mans de 2009.

Desde entonces, Paul Drayson ha seguido compitiendo la máximo nivel tanto en Estados Unidos como en Inglaterra y eso a pesar de que en los últimos tiempos, buena parte de sus esfuerzos están puestos en las nuevas energías. Nombrado por la FIA para dirigir la comisión de nuevas tecnologías, Drayson está al frente del proyecto del primer LMP1 eléctrico, el Lola-Drayson B12/69EV.

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