Tras el pasado Gran Premio de España, Pirelli y Mercedes AMG contaron con tres jornadas de test secretas. Secretas hasta el pasado domingo cuando la información salió a la luz y se generó un gran polémica que salpicará a la Fórmula 1 en las próximas semanas. Según el reglamento de la máxima categoría ninguna escudería podrá realizar un test con un monoplaza del año en curso entre el primer gran premio y el 31 de diciembre.
Pero Pirelli se sacó un as de la manga y bajo una claúsula de su contrato con la Fórmula 1, que le permite realizar hasta 1.000 kilómetros de test durante la temporada, consiguió llevar a cabo un test. El problema radica en que la FIA les dio el OK pero con la condición de que ofrecieran esa jornada de test a todos los equipos y aunque ellos reconocen que así lo hicieron, todo parece indicar que tomaron el camino más directo. Mercedes AMG fueron los primeros en decir que sí y con ellos lo hicieron.
Pero más allá de reglamento, lo que es curioso es que haya sido Mercedes AMG, la escudería con mayores problemas con los neumáticos, la que tenga el "privilegio". De momento, Ferrari y Red Bull han alzado sus quejas lo que ha provocado que los comisarios escriban un informe que será comunicado al Tribunal Internacional de la FIA siendo ahora mismo Jean Todt el hombre que podría tomar la decisión de seguir adelante con el, o no.
Será el presidente de la FIA el que decidirá si se da por concluida la polémica o si por contra las quejas pasan a ser un caso del Tribunal Internacional tal y como indica el Código Depotivo Internacional. El Tribunal Internacional nació en 2010 y está formado por doce jueces de nacionalidades distintas. Su labor es la de ejercer justicia en todo aquello relacionado con la FIA aunque sus decisiones pueden ser apeladas ante el Tribunal Internacional de Apelaciones. En resumen, nos espera un largo camino.
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