Es delicada la situación del fabricante galo, no solo porque el equipo dominador durante las últimas temporadas actualmente se encuentra en mitad de un desierto en el que todavía no ha encontrado su oasis, sino que el resto de sus escuderías no parecen estar mucho mejor. A pesar de ello, Renault no ha arrojado la toalla y sigue trabajando con el objetivo de llegar a Melbourne con la mejor cara posible.
El motorista francés sigue teniendo al parecer graves problemas con el software, mientras que ellos aseguran que el paso adelante vivido durante los últimos días es gracias a las mejoras en el turbo. Al menos eso es lo que asegura Remi Taffin, jefe de ingeniería de Renault, que argumenta que la firma del rombo tiene actualmente mucha confianza en su unidad ERS y que es el turbocompresor del V6 el que necesita mayores atenciones.
Con los motores congelados (según la propia Renault, se encuentran contentos de haber pasado ayer mismo las pruebas de la FIA y no recibir la prórroga de la que se hablaba), se espera que se realicen modificaciones en el turbo, pero siempre sin modificar el diseño del coche. Lo que sí ha reconocido Taffin es que actualmente los motores Renault no se encuentran exprimiendo todo su potencial, lo que confirmaría las declaraciones de Helmut Marko y las informaciones que hablan de una diferencia de 2.500 rpm respecto al límite real del propulsor.
Vía | Autosport
