Quizás a los más jóvenes, y a nuestros muchos lectores sudamericanos, el término duros a peseta les resulte desconocido. Viene del refrán "nadie da duros a cuatro pesetas" y que significa que nadie regala nada. En este caso sirve a la perfección para explicar la situación del banco Santander como patrocinador de Ferrari.
Según el artículo que el pasado lunes publicaron en Expansión, con los 50 millones de inversión del Santander en Ferrari, el banco consigue un retorno en visibilidad valorado en 250 millones de euros (el Santander invierte 40 millones en patrocinio directo y otros 10 más en promociones relacionadas con su presencia en la máxima categoría ). O lo que es lo mismo. Por cada euro invertido por el Santander en la Fórmula 1, obtiene cinco.
Es por ello que no extraña que la apuesta de la entidad dirigida por Emilio Botín en Ferrari haya sido renovada hasta 2017 con la posibilidad de que en el futuro, el peso del Santander aún sea mayor. Aunque no adelantemos acontecimientos.
El banco llegó a la máxima categoría en 2007, de la mano de Fernando Alonso, con su patrocinio a McLaren. Aquello no salió del todo bien y aunque Alonso se marchó a Renault (el Santander no pudo seguirlo debido a que ING era el principal patrocinador de la escudería francesa), siguieron en con los de Woking. La presencia, cada vez mayor, del Santander en la islas justificaba la decisión.
Dos años después, Santander desembarcaba en Ferrari y en los mentideros se decía que el finiquito de Kimi Räikkönen lo había pagado el banco con objeto de hacer hueco al asturiano. La unión de Alonso y Ferrari era un pastel muy apetecible que lleva cuatro años dando sus frutos.
Si a lo anterior le unimos un segundo artículo, también fechado ayer (en esta ocasion firmado por Javier Rubio en El Confidencial), nos damos cuenta de que el Santander poco a poco se va haciendo más importante dentro de la escudería italiana. Para quien no lo sepa, que seguro que alguien no lo sabe, Philip Morris (la tabaquera que tiene como buque insignia a Marlboro) sigue siendo patrocinador principal de Ferrari y su acuerdo con la escudería es por la totalidad del monoplaza.
Cada patrocinador extra se descuenta del acuerdo. Aún así, Philip Morris paga el doble que el Santander. Teniendo en cuenta los 40 millones del Santander, aparecer en el nombre de la ecudería y lucir un logo que se asemeja al logo de Marlboro le cuesta a Philip Morris la friolera de 80 millones de euros. Si hacemos números, y con el dinero aportado por otros patrocinadores, el acuerdo inicial de la tabaquera con Ferrari podría rondar los 150 millones de euros por temporada. Una cifra de locura.
Pero el gran problema para ellos es que lo que otrora era un chollo, la imagen de Marlboro se asociaba a la de Ferrari gracias al color rojo, hoy en día es todo lo contrario ya que en la gran mayoría de países en los que no está permitida la publicidad del tabaco, la asociación de Ferrari y Santander (que también tiene el rojo como principal color corporativo) es mayor que con Marlboro. Un negocio "barato" si se tiene en cuenta las cifras comentadas al principio.
