Que el camino de la movilidad ha variado radicalmente su curso está fuera de toda duda: conectividad, inteligencia artificial, tecnología al servicio del medio ambiente... son varios los factores que están revolucionando los pilares de la industria automovilística. El Informe Global sobre Automoción 2017 realizado por la consultora KPMG lo confirma. Una vez más, el coche autónomo y el vehículo compartido aparecen en las quinielas.
El informe elaborado por KPMG está basado en una encuesta realizada a 1.000 directivo del sector de la automoción, desde presidentes a consejeros delegados pasado por ejecutivos de primer nivel, así como a 2.400 conductores. Todos ellos procedentes de 42 países en total. Usos y pautas de consumo son los protagonistas en sus respuestas.
¿Morirá el coche en propiedad?
Empezando por los automovilistas, un tercio de los mismos considera que en 2025 no tendrá necesidad de disponer de vehículo propio. Esta aseveración se hace más acuciante entre los encuestados de 18 a 30 años de edad: la mayoría tiene claro que podrá satisfacer sus necesidades de movilidad con fórmulas diferentes a las del coche en propiedad.
Estamos hablando no obstante de uno de cada tres conductores, por lo que se entiende que los dos tercios restantes siguen considerando necesario el vehículo propio. Y es que no es lo mismo vivir en la ciudad, donde la fórmula del carsharing funciona a las mil maravillas, que residir en zonas rurales o en la periferia de las grandes capitales. En definitiva, el coche compartido no es tan verdugo como profetizan los más pesimistas.
Los atascos nos darán igual con el coche autónomo
Las necesidades de los automovilistas van cambiando con la irrupción de nuevas tecnologías. Y el coche autónomo se presenta como el principal exponente en este cambio de paradigma. Así lo ve el 68% de los ejecutivos encuestados, que consideran que criterios que hoy día marcan las tendencias de las marcas (como la ecología, el confort o la deportividad), no serán relevantes en los próximos años.
En su lugar, se dará prioridad al empleo del tiempo durante los desplazamientos: ya sea para ocupar el mismo en el descanso, en continuar con el trabajo o en el entretenimiento. En otras palabras, el coche autónomo será la elección prioritaria de los consumidores.
Es muy tentador pensar que durante los trayectos de la jornada laboral podremos invertir nuestro tiempo en el entretenimiento o en el trabajo y dejar de tener "tiempos muertos", pero las estimaciones no anuncian una total democratización del coche autónomo. Según los analistas de Crédit Suisse, en 2040, un 14% de los vehículos producidos serán de conducción un autónoma nivel 4 o 5, mientras que un tercio de los coches comercializados serán semiautónomos.
Al sector automovilístico sólo le resta adaptarse, aunque el pesimismo impera en sus opiniones sobre el coche autónomo ya que cambiarán radicalmente los criterios de compra de los usuarios, lo que se traducirá en una drástica caída de los ingresos, según los encuestados.
Coche eléctrico, vehículo automónomo, carsharing... ¿por dónde tirar?
El mayor dilema que se les presenta a los fabricantes es que deben ser capaces de manejar tres tipos de tendencias hasta 2025. Continuar con la evolución marcada por años pasados, como la racionalización de la producción, el mercado en países emergentes o la comercialización de los modelos híbridos, se presenta como la cara amable.
Como señala Francisco Roger, socio de KPMG responsable del sector Automoción, lo complicado se plantea en cómo afrontarán las marcas la revolución marcada por las nuevas pautas de consumo derivadas del coche eléctrico, el vehículo autónomo o el carsharing.
Apostar por uno u otro camino será determinante para su supervivencia: el reto estará en de prever correctamente los comportamientos de los consumidores a fin de invertir correctamente. Las marcas ya han empezado a mover ficha, como es el caso de Daimler, Kia o PSA, pero será el tiempo quien les de o quite la razón.
