Se planeaba una silly season (el parón estival que todos los años hay en la Fórmula 1) movida en Red Bull. Todo lo ocurrido con Mark Webber al comienzo de temporada hacía planear que convencer al australiano para que se quedara un año más en la escudería anglo-austriaca no iba a ser fácil. Y tanto es así que no va a hacer falta ni convencerle. Webber dice adiós a la máxima categoría para recalar en la resistencia, una disciplina en la que consiguió sus primeros éxitos.
En la jornada de ayer, Porsche confirmaba que Mark Webber será uno de sus pilotos en su regreso a la resistencia. Una noticia de calado y que significa el adiós de Webber a la Fórmula 1 tras más de una década junto al gran circo. Quizás la situación incómoda, con decisiones en su contra en los últimos años, dentro del equipo haya sido el detonante pero seguro que ofertas dentro de la parrilla no le hubieran faltado. Su nombre para Ferrari sonó en el pasado y seguro que Lotus, que podría perder a Kimi Räikkönen, o Williams estarían muy interesados en hacerle un hueco. Por nombrar dos ejemplos claros.
Pero no. Mark Webber se va de la mejor escudería de la Fórmula 1 en la actualidad para recalar en Porsche, cuyo regreso a la lucha por la victoria en Le Mans es una de las noticias más importantes, y esperadas, de los últimos años. Un proyecto a largo plazo con Porsche (de la duración del contrato sólo se sabe que será de varios años), Webber volverá a Le Mans, carrera en donde ha participado en dos ocasiones y volado, en una.
A pesar del adiós a Red Bull, Dietrich Mateschitz ha reconocido que Webber seguirá dentro de la familia de la marca y el logo seguirá apareciendo en su casco. El propio Mateschitz ha confirmado que sabía de la decisión de su piloto desde hace tiempo aunque no por ello no ha intentado convencerle de que cambiase de opinión. No dudamos de la profesionalidad de Webber, pero ahora que se va, le dará el beso de Judas a Sebastian Vettel.
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