Esta entrada tiene sentido a partir de la estupenda nota de ayer de Carlos, en la que interpretó, para mi acertadamente, las palabras de Schumacher con respecto a Alonso. Yo siempre digo que no se pueden establecer comparaciones de ese estilo, pero parece que es costumbre folclórica establecer comparaciones (que siempre son odiosas), y está claro que siempre surgen. El caso es que leo hoy en el Marca en papel una declaración de guerra hacia el alemán, interpretando las palabras del campeón justo al revés que Carlos. O sea, como con cinismo, y como si Schumacher tuviese que tener envidia de Alonso. Eso si, han hecho una comparativa estadística que, aunque parece reveladora de lo mucho mejor que es Alonso que Schumacher no es comparable de ninguna manera. Para empezar, hablamos de épocas diferentes, con sus diferencias en los monoplazas (mucho más inmanejables antes), las condiciones en las que los pilotos llegaban a la Fórmula Uno eran diferentes (de hecho, era más habitual que empezasen más “talluditos” que ahora), y más cositas que no se tienen en cuenta.
Todo este tema de las comparaciones, a mi me parece que no es más que papel mojado que no sirve, en realidad, para nada. Bueno, quizás sirve para salvaguardar el frágil ego nacional de algunos en estos temas. Para que esos “algunos” se vayan haciendo a la idea, los deportistas del motor actuales y españoles están a un grandísimo nivel en motociclismo, en rallies y en Fórmula Uno. Ya no hace falta intentar demostrar con palabras y estudios capciosos lo que podemos ver con nuestros ojitos, y juzgar nosotros mismos. Hoy le doy un suspenso a Marca, me parece que ha confundido ajos con cebollas.
