Simca Fulgur Concept, imaginando cómo serían los coches en el año 2000

Simca Fulgur Concept, imaginando cómo serían los coches en el año 2000
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Cuando en 1959 los diseñadores pensaban en ese año tan lejano como era el año 2000, lo debían de imaginar como algo sacado de una película de ciencia-ficción actual. Coches que volaban, radares para controlarlos e incluso energía atómica para abastecerlos. Algo que como venimos viviendo desde hace 10 años, no es como ellos imaginaban.

Aún así, es interesante echar la vista atrás y ver esos diseños maravillosos y los ingenios que se aplicaban al mundo del automóvil. Y uno de esos ingenios es el Simca Fulgur diseñado por Robert Opron, un reconocido diseñador y arquitecto francés que puso su firma en uno de los coches de mi infancia, el Renault Fuego.

Del Renault Fuego o del Citroën SM (otra de sus obras) hay un mundo de diferencia hasta llegar a este Simca Fulgur. La presentación en sociedad de este prototipo fue en 1959, en el Salón de Ginebra y posteriormente viajó hasta salones como el de Nueva York o Chicago, contando con una gran aceptación entre el público dada su extravagancia.

La imaginación de los niños al poder

Sin duda, era todo un avance en tecnología para la época. Una tecnología todavía no inventada por entonces (todo hay que decirlo), pero que estaba ahí para el asombro de los curiosos que se acercaban a contemplar este peculiar coche. Una vez sabemos que muchos de sus adelantos son creaciones de niños con mucha imaginación se entiende algo más.

Porque es así, en el desarrollo e investigación del Simca Fulgur se tuvieron en cuenta las ideas que aportaban los lectores de una revista francesa de la época destinada al público infantil. Ya os podéis imaginar la cantidad de inventos extraños que pueden salir de la fantasiosa mente de un mozalbete.

Por ejemplo, el Simca Fulgur se controlaba a través de un cerebro electrónico, como le gustaba llamarlo a su diseñador. Este “ordenador de a bordo 0.2” contaba con un radar para, imagino, poder anticiparse a los obstáculos que podía encontrarse en el camino y detectar curvas y demás. Se controlaba por voz y no mediante un volante.

Las ruedas, aunque no se vean, no eran directrices en ninguno de sus ejes. Para que este Simca Fulgur pudiese circular por carretera habría de hacerlo por unas adaptadas a su uso, ya que necesitaba de un rail enterrado bajo el asfalto o tierra para guiarse. Pero lo más sorprendente es que el eje delantero se elevaba a más de 150 km/h y dejaba al coche apoyado únicamente con el trasero.

Para mantener esa posición tan extraña para un coche hacía uso de un giroscopio y para girar en la dirección necesaria hacía uso del enorme alerón en forma de V que montaba en la trasera, como si de un avión o barco se tratase. Que nadie diga que a finales de los ’50 los diseñadores no tenían imaginación.

Motor atómico o eléctrico, depende de a quien consultes

Lo que no he encontrado es el tipo de motor que montaba, ya que dependiendo de la fuente consultada, se citan dos motores eléctricos para cada rueda del eje trasero o un sistema de propulsión nuclear al estilo del Ford Nucleon Concept desarrollado un año antes.

Tras pasar un buen rato buceando por Google y la Wikipedia, la fuente más fiable (por nombre) que he podido encontrar en Scribd ha sido este libro titulado The Illustrated Encyclopedia Extraordinary Automobiles (página 200) en el que hablan de la propulsión eléctrica sin mencionar la energía atómica como fuente de energía para su funcionamiento.

Sea cual sea esa fuente de energía, en aquella época era todo posible dada la libertad con la que trabajaban los diseñadores. Cualquier cosa que se les pasase por la cabeza podía aplicarse al mundo del automóvil, un mundo que prácticamente estaba por descubrir y en el que había que hacerse un hueco a toda costa.

Como dato curioso, pese a que el prototipo original no contaba con ningún motor, antes de su presentación se le instaló un motor para su funcionamiento y por lo visto, durante un paseo por los Campos Eliseos de París fue multado por un agente del deber. Al parecer esa escena está documentada en una imagen de la época, tomada por algún periodista el día 26 de enero de 1959, meses antes de su presentación en Ginebra.

Tampoco he encontrado más fotos con la suficiente calidad para verlo desde otros ángulos. En Car Styling podéis ver un par de imágenes de su presentación en Chicago.

Vía | Hemmings
En Motorpasión | Los coches del futuro en el pasado

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