Este verano, en una de las semanas más calurosas que recuerdo y durante algo más de 1.000 km, he tenido la ocasión de comprobar de primera mano las prestaciones y comportamiento del Mazda 3 1.6 CRTD de 115 cv. Sin buscar límites de ningún tipo y sin la preocupación de batir el record de bajo consumo, me he limitado a conducir y disfrutar del coche.
Aunque no estoy muy habituado a los diesel modernos, tardé poco en compenetrarme con el coche, que está muy equilibrado en todos los sentidos. Es noble en su comportamiento y agradable de conducir cualquiera que sea el escenario. Su fisonomía, y en especial la carrocería Hatchback, acapara más de una mirada y no pasa desapercibido.
En este compacto se ha tomado por bandera el bajo consumo, mezclado con un carácter deportivo. Una ecuación que Mazda ha sabido resolver con un motor que tiene muchos bajos, caja de cambios de seis velocidades, dirección precisa, frenos eficaces y una suspensión que mantiene el coche sujeto a la carretera, proporcionando confianza.
Mecánica del Mazda3 1.6 CRTD 115 cv
Motor
El Mazda3 1,6 CRTD monta un motor derivado del conocido HDi del grupo PSA/Ford, modificado por el fabricante japonés que, en esta versión, lo ha simplificado con el objetivo de conseguir consumos ajustados y un nivel de emisiones (115 g/km de CO2), que en España le eximen del impuesto de matriculación y cumple la normativa Euro 5.
Respecto del motor que equipaba la versión de 2009, se ha pasado de los 109 cv de su predecesor a los 115 actuales. La relación de compresión del motor de 2011 es ligeramente menor, también cambia el turbo y la inyección de combustible. Sin embargo, el cambio más notorio es que ahora incorpora un único árbol de levas y tiene 2 válvulas por cilindro.
A pesar de la simplificación, respecto del Mazda3 2009 1.6, se ha aumentado la potencia en 6 CV y reducido el nivel de emisiones y el consumo teórico, que baja a los 4,4 l/100 km, ahorrando 0,1 l/100 km. Tenemos pues un compacto capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 11 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 186 km/h.
Consumo
Estos son los datos de fábrica, porque en la prueba ni se han buscado valores de aceleración ni la velocidad máxima. Tampoco he conseguido esos consumos, aunque esto tiene que ver más con mi forma de conducir y no con el coche.
En tramos mixtos de carretera y autovía, circulando a la velocidad reglamentaria, he llegado a ver en la pantalla consumos de 4,8 l/100 km de media mantenidos. Hice una prueba específica para calcular el consumo yendo a la velocidad máxima que permite una autopista empleando el control de velocidad.
Sí, ya lo sé, circular a 120 km/h medidos por el GPS de mi navegador en subidas y bajadas, curvas, rectas y fiestas de guardar, es la fórmula menos eficiente de cara al consumo, pero es mi forma de conducir cuando viajo, con la filosofía de llegar cuanto antes sin transgredir las normas.
Tuve la suerte de que se encendiera la reserva a 300 metros de una gasolinera. Reposté 10 litros, puse el cuenta kilómetros parcial a cero y carretera y manta a 120 km/h hasta que volviera a encenderse la luz fatídica. El resultado: 205 km recorridos, 5 l/100 km en sexta velocidad. Un consumo muy razonable a mi entender.
Los datos en ciudad no son muy relevantes, porque en agosto los núcleos urbanos están vacíos y los 6,2 l/100 km calculados por el ordenador de a bordo fueron al principio, cuando aún no tenía cogido el aire a eso de cambiar a 2.000 rpm.
Como dije, soy más gasolinero que petrolero y estoy acostumbrado a otra cosa. Habrá quien me tilde de poco científico a la hora de realizar la prueba y tendrá razón, pero he preferido asemejar la forma de conducir a la del ciudadano normal.
Comportamiento dinámico
La edición 2011 del Mazda3 incorpora varias mejoras en carrocería, suspensión y dirección, enfocadas a mejorar la estabilidad de un coche que tiene un enfoque deportivo. En cuanto a la primera, se ha incorporado una nueva barra de refuerzo en la sección delantera, en sustitución de las dos barras anteriores. El resultado es una mayor rigidez.
En cuanto a las suspensiones, el fabricante afirma haber realizado pequeños aunque importantes cambios, tanto en la suspensión multibrazo trasera, como en las barras tipo McPherson delanteras. Ajustes que dotan de mayor estabilidad al coche. También hay cambios en la dirección asistida electrohidráulica y las llantas son más rígidas.
El resultado global de estas modificaciones es que el Mazda3 2011 es algo más rígido que el modelo anterior y más preciso. Conduciendo por carretera de montaña a velocidad normal, la dirección obedece con precisión las órdenes que se le dan. Traza las curvas a compás sin balanceo de la carrocería.
Si te calientas un poco y conduces de forma más agresiva, la sensación no cambia. Buscando el límite, el Mazda3 es ligeramente subvirador, algo normal en un diésel de tracción delantera, pero nada que resulte incómodo. En general transmite una gran sensación de seguridad.
El capítulo frenos tampoco defrauda. Si se aprovecha la capacidad de retención del motor en combinación con los frenos, aún en descensos pronunciados en tramos de curvas y con una conducción alegre, no hay sensación de fatiga a pesar del calor excesivo en el que discurrió la prueba.
Otra comprobación que suelo hacer a los frenos es, partiendo de parado, acelerar hasta llegar a 100 km/h y pisar el freno sin ninguna compasión en plena aceleración, simulando una emergencia. El resultado ha sido impecable, con una frenada recta y contundente antes de entrar en funcionamiento el ABS.
Un aspecto a destacar del Mazda3 es el embrague y el cambio manual de seis velocidades. Cuando se realizan maniobras en parado, para iniciar la marcha o aparcar, hay que tener cuidado con el pedal del embrague. Este actúa con un recorrido mínimo y el motor entrega mucha potencia a pocas revoluciones. Hay que tener tacto y acariciar el acelerador para que el embrague no patine.
En orden de marcha el cambio responde bien y con rapidez. El recorrido de la palanca es el adecuado y su emplazamiento es perfecto a mi entender. Al principio hay que poner atención hasta que te acostumbras a las seis velocidades, tanto progresando como reteniendo.
Mazda3, carácter viajero
El Mazda3 1,6 CRTD es un coche ideal para viajar. La caja de cambios de seis velocidades, en la que son super directas las tres últimas, unida a su par máximo (270 Nm/1.750-2.500 rpm) , y que el motor entrega todo lo que tiene antes de las 4.000 rpm, confieren a este compacto el carácter de gran devorador de kilómetros.
En circulación urbana, esas mismas características se convierten en un ligero inconveniente hasta que te acostumbras al tacto del pedal del embrague, y la tendencia saltarina en cuanto pisas un poco de más el acelerador, ya que apenas hay que tocarlo para que el coche se ponga en marcha.
A la hora de realizar un adelantamiento, el Mazda3 responde. Si bien su rango de utilización normal abarca un estrecho margen de revoluciones, cuando se necesita y le pisas, el coche salta. También es digno de mencionar su capacidad de recuperación, en particular en las marchas largas partiendo de pocas revoluciones.
La medida dureza de los asientos, de la que soy partidario para grandes distancias, realizar los cambios de marcha a regímenes bajos, el más que razonable nivel sonoro en ruta y su bajo consumo, permite cubrir grandes distancias con su depósito de 55 litros, con confort y sin fatiga.
Esta versión del Mazda3 tiene además ese toque deportivo, tanto en aspecto como en prestaciones, que permite disfrutar de una conducción alegre y divertida sin asumir grandes riesgos. Un coche en definitiva, que sobresale contemplando sus características dinámicas desde un punto de vista global.
En Motorpasion | Mazda3 1.6 CRTD 115 cv, prueba (Exterior e interior, Equipamiento, versiones y seguridad, Vídeo, valoración y ficha técnica)
