Cómo robar un coche en medio de un atasco 'made in China'

Cómo robar un coche en medio de un atasco 'made in China'
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Robar un coche es una de esas actividades delictivas que causa estupor en la persona que descubre que le han sustraído una parte muy importante de su ser, pero que a su vez puede llegar a constituir un arte en el que, o uno es muy ducho, o puede meter la pata de manera flagrante.

Nos trasladamos hoy a la República Popular China, concretamente a la ciudad de Cantón, para comprobar dos cosas: que no todo el mundo tiene claro qué significa robar un coche, y de cómo un suceso de este tipo puede derivar en un caos formidable para el tráfico y para quienes tuvieron que compartir espacio y aire con un mangante que tenía menos neuronas vivas que un bocadillo de litchis.

Hasta 13 vehículos implicados y algunos peatones atropellados o a punto de serlo, en un absurdo intento reiterado de huir cuando el atasco lo impide, es el balance de la chapuza que vemos a continuación gracias a los registros de una cámara de vigilancia:

En primer lugar, me sorprende que alguien que se hace con un coche ajeno se lance en picado contra un atasco. Hombre, sin ser yo una eminencia en la ciencia del hurto, sí he visto algunas películas y lo del plan de huida es algo que siempre se lleva un rato. Pero se ve que en el cine chino eso no se estila.

Luego me encanta el detalle de los policías yendo a dar caza al coche correteando cuales niños jugando al pilla pilla y, muy importante, siguiendo al coche por el camino que su conductor ha descrito, como cuando (otra vez las películas) uno escapa de un coche cuyo conductor le persigue y se pone a correr delante del coche como si fuera un guiri por las calles de Pamplona a principios de julio.

Finalmente, lo de mover el coche adelante y atrás de forma compulsiva y sin control alguno ya es como de National Geographic, cuando los indígenas de turno acorralan a la fiera y esta como única estrategia de defensa tiene salir en estampida hacia donde sea, pase lo que pase y caiga quien caiga.

Del fastidio del caos a los choques indiscriminados

fauna en ruta: robo de coches y atascos

Pongámonos ahora en la piel de quienes, infelices, andan un buen día 30 de diciembre de camino al trabajo, a la compra o a su lugar de estudios, y se encuentran con el lío habitual que hay para cruzar la capital china, que ya sabes tú cómo se pone aquella ciudad cada día a eso de las doce, cuando de repente oyen gritos y ruidos que les hacen decir: “¿Eeeh?” en chino.

Y no hay tiempo para más, porque la partida de autopinball ha comenzado y el amigo del coche robado ha decidido ir a por el récord del año 2011. Si hablásemos de Japón mi pensamiento estaría ya en el célebre castillo de Takeshi, aquel que sirvió de escenario para el programa ‘Humor amarillo’, que de amarillo no tenía mucho y de humor… pues depende.

Para mí, el héroe de esta película es el tipo del carro tirado a mano, a quien hasta los policías le dicen que se vaya de ahí si no quiere acabar hecho papilla y el tipo dice que nanai de la China, que él y su carro son inseparables y que ahí se queda, pese al leñazo que se lleva su pobre vehículo de tracción peatonal. Mención de honor, también, para el tipo de la moto que pasa al final del vídeo en plan “yo me largo de aquí antes de que se líe más”.

Distancias de seguridad para casos más o menos lógicos

fauna en ruta: robo de coches y atascos

Hombre, cuando damos algunos consejos de seguridad vial relativos a la distancia que debemos dejar con otros vehículos, nos referimos siempre a mantener un mínimo de dos o tres metros con el vehículo que nos precede siempre que estemos detenidos en un semáforo o así, y que aumentemos esa medida a cinco o seis metros si nos encontramos en una caravana y somos los últimos de la fila.

Además, en esos casos conviene que le vayamos echando un vistazo al retrovisor, no vaya a ser que venga algún ilustre de la empanada mental, no se aperciba de que delante de su coche tiene una retención digna de un nefrítico y acabe impactando contra nosotros. En un caso así, disponer de un cierto margen de maniobra quizá nos salvaría de un trompazo involuntario. Quizá.

Pero, claro, ¿qué se puede hacer cuando un tipo enloquece y, presa del pánico pre-detención, la lía de esta manera? A lo mejor encomendarse a alguna divinidad no está de más. Eso, y salir a darle caza en compañía de los policías, como hace más de uno en la grabación, que al menos nos divertiremos un poco pese a que nos destrocen el coche. Quien algo quiere, algo le cuesta.

Vídeo | Telemadrid

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