La culpa es de los padres, que les compran los Ferraris

La culpa es de los padres, que les compran los Ferraris
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Durante estos días que no ha habido fauna en ruta nos has enviado unas pocas veces el vídeo del niño ese que hacía el memo a los mandos de un Ferrari F430 por alguna desconocida calle de Kerala, en la India. Bueno, desconocida por mí, porque se conoce que los niños la habían corrido arriba y abajo de todas las formas imaginables. También en Ferrari.

Desde el primer día que enviaste el vídeo, dudé sobre la conveniencia de darle publicidad al asunto. Ahora, en YouTube han ido un paso más allá y se lo han cargado en virtud de supuesta una infracción de los términos de uso del portal. A ver, que el vídeo no tenía nada... salvo a unos críos deambulando con un carraco impresionante por el medio de la calle. Calle arriba, calle abajo.

Total, que como me picaba la curiosidad saber por qué puñetas había desaparecido el vídeo en cuestión, y porque ya te digo que tuve mis dudas, he pillado otra copia que había por ahí y es la que incrusto a continuación, a ver qué te parece a ti:

¿Es que nadie va a pensar en los niños?

"¿Es que nadie va a pensar en los niños?", suena la voz de Helen Lovejoy dentro de mi enfermiza mente. Pues sí, seguro que sus padres piensan en ellos. Lo que no sabemos es con qué lógica piensan. Si me vas a contar lo de tus andanzas caballeras a bordo de un Cuatro latas de 1977 ahórratelo, que aquel coche no desarrollaba el medio millar de cavallini que entrega el F430.

Otra diferencia con tus primeros pinitos al volante. ¿Has visto el copiloto que se ha buscado nuestro amigo Yamir? Le llamo Yamir por llamarle de alguna forma, no te vayas a creer que... Bueno, eso. Cuando tú ibas con cara de velocidad allá en el pleistoceno, tu padre, madre o tutor autorizado iba a tu lado con la mano en el freno de ídem. ¿Y aquí? Pues otro crío con cara de velocidad.

Y otra diferencia más. Seguro que nunca en tu vida viste el parking del Carrefour tan cargado de niños como está esta calle donde Yamir y su colega de la camiseta blanca dan sus pasitos a bordo de una bestia roja. Lo dicho: ¿es que nadie va a pensar en los niños? A los que corretean por la calle, me refiero ahora, que lo mismo un día va a haber una desgracia ahí.

fauna en ruta

Por un perro que maté...

Una vez dicho esto, vamos a por otra obviedad. No sé qué pensarás tú, pero a mí me da toda la sensación de que esta no es la primera vez que los niños estos se ponen a triscar con un coche por el medio de la calle. No hay más que ver el temple y el porte que me llevan los dos.

Bueno, vale. Yamir y su acompañante de la camiseta blanca van comiéndose el volante y el salpicadero, respectivamente, pero eso lo hace la falta de estatura. Claro, de tanto ir en coche se conoce que no hacen el suficiente ejercicio físico y el cuerpo se les está quedando encanijao.

Si YouTube lo permite, aquí está la prueba irrefutable que lo de Yamir y su colega no es un puntazo de un solo día. A continuación los vemos finalizando la toma de contacto de un Range Rover Evoque. Por cierto, que al parecer el chaval de la camiseta blanca no tiene otra que ponerse. Quizá el día menos pensado los vemos trabajando en el gremio, realizando pruebas de coches y eso:

¿Esto es normal?

Y desde un principio ya te he dicho que tenía mis dudas con este asunto. Por un lado, se me hace cuesta arriba pensar que esto es un juego de niños, más que nada porque creo que detrás de esos niños debería haber alguien que estuviera al tanto de lo que hacen (y que diera ejemplo, claro). Aunque no fueran sus padres sino el vecino de la casa de al lado.

Por el otro, admito que mover un coche arriba y abajo lo hace hasta un chimpancé amaestrado, por lo que tampoco me supone un drama, allá cada uno con los vicios de la conducción que adquiera, que ya luchará él para quitárselos... pudiendo no haberlos adquirido nunca. El lío está en hacer estas cosas en mitad de la calle, entre otros críos que podrían salir malparados.

Y por fin, la guinda para el pastel. Si a estas edades estos mozos salen a la calle con el Ferrari y el Range Rover como quien va en patinete, ¿quién se va a encargar de meterlos en vereda si algún día es necesario? Luego diremos que antes que la educación vial va la educación a secas... ¿Alguien se ha planteado el impagable valor que tiene la palabra NO?

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