Hay coches rusos que arrancan después de seis meses bajo el agua, y Vlad te lo demuestra en este vídeo

Hay coches rusos que arrancan después de seis meses bajo el agua, y Vlad te lo demuestra en este vídeo
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A quién no le ha pasado que en los primeros compases del invierno se le ha caído el coche a un lago y ha pensado: "Bueno, ya lo sacaré cuando se descongele en primavera, que ahora hace mucho frío". ¿A nadie? Bueno, eso es porque no vives en Rusia.

Allí los inviernos son gélidos, la voluntad inquebrantable y las ideas muy locas, así que Vlad y su séquito de ayudantes se propusieron meter un Lada Samara bajo el agua y comprobar si en seis meses podían hacerlo arrancar. Spoiler: la respuesta es sí.

Fiabilidad nivel: Lada Samara arrancando después de seis meses sumergido en un lago helado

La cultura rusa es realmente fascinante. Son capaces de hacer cosas inexplicables y maravillosas al mismo tiempo, y cuando estas prácticas llegan al mundo de la automoción, sencillamente nos fascinan. Este es el caso de un Lada Samara al que ahogaron para darle una segunda oportunidad.

Nuestro amigo Vlad, que por cierto es el mismo que hizo un Lada Niva 6x6, se encontró con un viejo Samara en condiciones bastante malas incluso para un coche ruso. Su transmisión estaba para el desguace, al igual que parte de la carrocería, pero por lo demás el motor funcionaba bien a excepción del horrible sonido.

Su objetivo era tan simple como puede ser en la mente de un ruso: querían hundirlo en un lago para rescatarlo seis meses más tarde y ver si arrancaba. Dicho y hecho. Procedieron a tomar ciertas precauciones previas como retirar los líquidos del motor, lo cargaron con una grúa y abrieron gentilmente los cristales para facilitar la inmersión.

Seis meses más tarde un Vlad enfundado en un traje de neopreno y sus hombre volvieron al mismo lago con el firme propósito de rescatar el viejo Samara. Allí les esperaba el Lada, un poco más fit después de haberse aplastado bastante por culpa del hielo.

Una batería nueva, un cambio de bujías, expulsión del agua de los cilindros y del cárter, limpieza del sistema de admisión y, sí, el Samara da chispa. Acto seguido es hora de secar el apartado eléctrico, echar un poco de aceite, una pizca de líquido de arranque, gasolina, volver a montar bujías y ¡boom! el Lada es capaz de arrancar.

Bueno, seguramente no sea lo más habitual rescatar un coche de un lago helado después de meses, pero es una demostración de lo fiables que pueden llegar a ser los coches rusos con simplemente un poco de cariño... aunque creemos que nadie en su sano juicio decidiría devolver a la carretera un coche arruinado por los elementos, aunque sólo sea por sentido común.

Eso sí, dan ganas de comprarse un Lada.

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