En Dubai pensaron que como nunca llovía en el desierto les valía con pocos desagües. Una tormenta ha inundado hasta el aeropuerto

En Dubai pensaron que como nunca llovía en el desierto les valía con pocos desagües. Una tormenta ha inundado hasta el aeropuerto
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Ayer martes 16 de abril, Dubái sufrió el aguacero más brutal de su historia desde que se tienen datos: en unas horas cayó la misma cantidad de agua que registran en todo un año. El resultado fueron carreteras, calles, comercios y casas inundadas. También el aeropuerto, con los aviones recorriendo lagos por pistas.

La infraestructura y edificios de Emiratos Árabes Unidos, diseñados para afrontar el clima de la región con precipitaciones son mínimas, no pudieron hacer frente a la copiosa lluvia vertida en pocas horas.

Colapso por un sistema de drenaje ya insuficiente

Más de 100 mm en 12 horas se registraron ayer en algunas zonas de Dubái, como el aeropuerto. Según datos del Gobierno de Emiratos Árabes Unidos, todo el país fue testigo de las mayores cantidades de lluvia de los últimos 27 años. En este conjunto de emiratos, las precipitaciones anuales promedian entre 140 y 200 mm. En definitiva, llovió como nunca.

Esto se tradujo en el colapso de carreteras y calles, completamente inundadas. La cantidad de agua que cayó en tan poco tiempo las convirtió en auténticos ríos, llevando a conductores a abandonar a su suerte los coches, o a subirse al techo de los vehículos esperando ser rescatados.

El aeropuerto de Dubái, actualmente el segundo con más transito del planeta, canceló vuelos durante varias horas. Fly Emirates ha suspendido el sistema de check-in desde las 8:00 de hoy hasta la medianoche. Los aviones circulando por pistas completamente anegadas por el agua han sido protagonistas desde ayer.

"Cualquier red de drenaje tiene límites". Como ocurre en cualquier país, la infraestructura se diseña en función de la climatología y en los desérticos Emiratos Árabes llueve poco. Así, no es que calles y carreteras no tengan sistema de desagüe, pero no está preparado para desalojar tales cantidades de agua sin precedentes como las de ayer.

Dubái dispone de una red de tuberías de 1,75 millones de metros de largo equipada con 60 estaciones de bombeo para el agua de lluvia, además de 28.000 cámaras de inspección y 72.000 orificios de drenaje. Estos sistemas desembocan en 28 salidas al mar o a la Cala de Dubái.

Este sistema es el encargado de drenar carreteras y calles, pero sólo está conectado a las vías principales. Para el resto de zonas usan equipos portátiles de drenaje, con bombas y camiones cisterna. Si bien es un sistema bastante generoso para la cantidad de lluvia habitual que cae normalmente en el emirato, tiene sus limitaciones.

"Cualquier red de drenaje, por muy grande que sea, tiene límites. La red de drenaje de aguas pluviales en Dubái hace su trabajo normalmente. Pero si la intensidad de la lluvia es fuerte, la red tardará más de lo habitual en drenar el agua", explica Talib Julfar, director ejecutivo del sector de servicios de infraestructura.

¿Cambio climático o Cloud seeding? Los expertos señalan que este tipo de fenómenos climáticos inusuales serán cada vez más habituales debido al cambio climático y el calentamiento global. Según datos del servicio Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea recogidos por CNN, 2023 ha sido el año más caluroso jamás registrado, con una temperatura global 1,4ºC más cálida.

Según va calentándose cada vez más la atmósfera, es capaz de absorber una mayor humedad para luego descargarla en forma de lluvias torrenciales. También es determinante el calentamiento de mares y océanos, generando las conocidas danas. Para ejemplo la sufrida en Grecia el verano pasado con zonas cosechando los 75,4 litros por m2 en 24 horas. En la propia Dubái, se han registrado últimamente episodios de granizo y abril ha sido el mes más frío de los últimos 25 años.

Se ha señalado que este brutal aguacero ha tenido su origen en la práctica del Cloud seeding, o siembra de nubes. Emiratos Árabes, como otros países desérticos recurren a este sistema para incentivar las precipitaciones ante la habitual escasez de agua.

No obstante el Centro Nacional de Meteorología (NCM) ha negado que haya sido la causa: no se realizó la siembra de nubes ni antes ni durante la tormenta. "Uno de los principios básicos de la siembra de nubes es que hay que apuntar a las nubes en su etapa inicial antes de que llueva; si se tiene una situación de tormenta severa, entonces es demasiado tarde para realizar cualquier operación de siembra", detalla Omar AlYazeedi, director general adjunto del NCM.

Sea como fuere, Dubái está asistiendo a un aumento de precipitaciones: según un informe de la revista científica Nature, se espera que aumenten entre un 15 y un 20 % en los próximos años. Lo que significa que tendrán que adecuar mejor la infraestructura vial para evitar colapsos como el sufrido en las últimas horas.

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