Si por algo recordamos el Gran Premio de Japón de 2010 es por la lluvia. El liquido elemento marcó buena parte del fin de semana. Durante los entrenamientos libres del sábado tan sólo dos pilotos completaron una vuelta cronometrada, con tiempo irrelevante, y posteriormente la se tuvo que cancelar la disputa de la clasificación. El domingo el programa se comprimía. Clasificación, pole estratosférica de Vettel, y carrera todo en unas horas. Eso sí, ya sin agua.
Antes de que la carrera se convirtiera en un monólogo de Red Bull, la prueba comenzó con dos incidentes que provocaron la salida del safety car. En menos de 500 metros hasta cuatro pilotos habían dicho adiós a la carera. Vitaly Petrov se llevó por delante a Nico Hülkenberg mientras que Felipe Massa hizo lo propio con el Force India de Vitantonio Liuzzi. Una trazada optimista como a mi me gusta definir esas maniobras. Tras la carrera, Vitaly Petrov fue sancionado. Por su parte Felipe Massa salió indemne e incluso tras su mala temporada recibió el apoyo de Stefano Domenicali.
Fernando Alonso poco pudo hacer ante el dominio de los Red Bull. El resultado, tercero, ero lo máximo a lo que podía aspirar y le permitía seguir aspirando al título, aunque Mark Webber estuviera un poco más lejos. Tampoco podemos olvidar la lección de emoción y pilotaje cortesía de Kamui Kobayashi. La cuarta de la temporada. El japonés quiso dar espectáculo en el gran premio de casa y lo consiguió, tanto que hasta el propio Robert Kubica reconoció que le había alegrado el día tras su tempranero abandono.
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