La clasificación para el Gran Premio de España de Fórmula 1 ha sido un poco más accidentada de lo normal. Hemos visto dos banderas rojas con sendos problemas en dos coches importantes, Lotus y Red Bull, y otros fallos mecánicos en el McLaren de Magnussen. También la estrategia ha trastocado la posición de Vergne, que mañana saldrá último - debido a la sanción que acarrea después de que ayer se le soltase un neumático - con más gomas sin usar tras haber sacrificado la Q2.
Más allá de los citados pilotos empezamos por la de arena. Debería ser para Pastor Maldonado, pero preferimos centrarnos realmente en lo que ha sucedido en clasificación. No hay duda de que tras el parón después de China ciertos equipos debían mejorar, y entre ellos Ferrari era el que más necesitaba hacerlo.
No han mostrado mejoras y, con la séptima posición de Alonso y sexta de Räikkönen no hay duda de que su trabajo no ha sido suficiente. Mañana veremos hasta dónde llegan, pero ser rápido a una vuelta también es importante, porque arrancando desde atrás y en un circuito con tan poco espacio para adelantar como este será complicado llegar al podio.
A Force India le ha sucedido algo parecido, aunque parece que se debe a que la configuración aerodinámica de su monoplaza no se adapta demasiado bien a la del circuito. En rectas son rápidos, pero en curva pierden tiempo. El más rápido de los Force India ha sido Hülkenberg, undécimo.
La de cal es para Romain Grosjean. El francés ha realizado un buen trabajo durante el fin de semana y ha llevado a un monoplaza - que ha mejorado bastante - hasta una meritoria quinta posición. Desde el viernes los dos Lotus han dado más de 130 vueltas al circuito y la fiabilidad ha respetado las mejoras introducidas.
Mañana puede ser un buen día para los anglofranceses porque pueden rascar los primeros puntos de la temporada, algo que les ayudaría a recuperar terreno a rivales como Williams o Force India que a priori deberían estar por detrás.
