En mayo, la energía eólica y la fotovoltaica fueron las dos principales fuentes de electricidad por primera vez en España, mientras que en 2022 batimos el récord de generación de estas dos energías renovables.
En este sentido, el crecimiento de la generación de energía solar durante las últimas semanas de intenso calor ha ayudado a compensar los picos provocados por el uso del aire acondicionado, según apuntan los expertos.
Así, gracias a la generación de energía fotovoltaica, en países como España o Grecia se han podido evitar sobrecargas de la red y hacer frente al gran incremento de demanda energética que ha traído el uso del aire acondicionado.
Por ejemplo, en Grecia se produjo un pico de demanda eléctrica el pasado 24 de julio y gracias a la energía solar se pudo cubrir 3,5 GW de la demanda de 10,35 GW.
Otro ejemplo es Italia: "Cuando la subida de las temperaturas y la demanda de refrigeración provocaron un pico de demanda eléctrica en Sicilia el 24 de julio, casi la mitad del exceso de demanda -que ascendió a 1,3 GW- se cubrió con energía solar", explican desde Euronews.
Aunque España es el país del sol, seguimos pagando la electricidad al precio que marcan los combustibles fósiles y la energía nuclear; es decir, muy cara.
📢 Estos son los precios previstos para mañana en los mercados eléctricos europeos
— Transición Ecológica y Reto Demográfico (@mitecogob) August 9, 2023
🇪🇸 104,7 €
🇩🇪 102,2 €
🇮🇹 98,7 €
🇫🇷 94,3 € pic.twitter.com/dqWbeQR8yM
Según los datos de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), España ya cuenta con 19.621 GW de potencia instalada, lo que supone la mitad del objetivo total que debe cumplir España para 2030.
Además, todas las comunidades autónomas han suprimido el requisito de licencia administrativa previa para la instalación de paneles solares o fotovoltaicos, derribando una barrera más para el autoconsumo.
Solo el año pasado se incorporaron 2.507 MW de nueva potencia instalada de energía solar en instalaciones de autoconsumo. Esta cifra supone un incremento del 108% con respecto a 2021, cuando se pusieron en marcha 1.203 MW.
Aún así, las infraestructuras energéticas no están diseñadas para soportar grandes olas de calor, y Europa deberá duplicar esfuerzos por impulsar aún más la generación de energía a partir de renovables. Y de paso, dar una vuelta al pool energético.
