Con la L, en un Holden Commodore SS V8 y a 253 km/h. Así han cazado a un chico de 20 años en la Autopista Norte Sur del sur de Australia, que ya tenía antecedentes por conducción temeraria.
La Policía ha querido mandar un mensaje a futuros infractores destruyendo el vehículo: "'La forma más sencilla de conservar las llaves del coche es no conducir de forma peligrosa. Hay vidas en juego", ha dicho el responsable del Departamento de Policía del Estado australiano.
"Esta es una de las velocidades más altas que hemos detectado en las carreteras del sur de Australia", ha explicado el agente que lleva el caso en declaraciones recogidas por ABC News.
Así que el castigo ha sido destruir este raro Holden Commodore y dejarlo convertido en una chatarra. En lo que va de año la policía australiana ya ha mandado al desguace a unos 60 vehículos.
Alrededor de un tercio de los vehículos incautados se venden en subastas y las ganancias se destinan al Fondo de Compensación para Víctimas de Delitos, mientras que los que se consideran no aptos para circular o defectuosos se destruyen.
Según el jefe de policía Joe Szakacs, 1.500 personas fueron "privadas permanentemente de su vehículo" el año pasado.
Al conductor, que ya fue condenado en julio a un año y cuatro meses de prisión con un período sin libertad condicional, también ha sido inhabilitado para conducir por tiempo indefinido.
En España, los vehículos, bienes o instrumentos que son incautados en el mercado de operaciones criminales suelen venderse en subasta pública o por medio de persona o entidad especializada, pero también se llegan a destruir.
El objetivo último, explica la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos del Gobierno, es "privar a la delincuencia de las ganancias obtenidas ilícitamente y que, tras satisfacerse las indemnizaciones de las víctimas que correspondan, parte de las cuantías decomisadas reviertan a la sociedad en proyectos de ayuda a las víctimas y de lucha contra la criminalidad organizada".
Algunos medios han criticado la decisión de la policía australiana de destruir el vehículo en vez de subastarlo y donar los bienes a alguna asociación, aunque el efecto de ello no es ni de lejos tan gráfico como ver tu coche aplastado en un desguace.
Foto| Sky News Australia
