El carsharing descongestiona de coches las ciudades, pero hay ayuntamientos en España que no están por la labor de introducirlo
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El carsharing descongestiona de coches las ciudades, pero hay ayuntamientos en España que no están por la labor de introducirlo

El carsharing se ha impuesto como sistema de movilidad alternativo en un escenario que transcurre a caballo entre la electrificación de los coches y el colapso de las ciudades. Una forma de moverse que resulta ventajosa para los fabricantes, las metrópolis y el medio ambiente y que ya es habitual en ciudades como Madrid, Bacelona, Sevilla o Bilbao.

Si el carsharing ofrece todas estas ventajas, ¿por qué hay ciudades en las que aún no ha aterrizado y sobre todo, cuyos consistorios no saben ni lo que es? ¿Qué tienen que hacer los Ayuntamientos para que estas empresas florezcan?

Blablacar

En Madrid esta tendencia se ha extendido tanto que el sector del Taxi, en eterna batalla con plataformas como Uber y Cabify, ha tenido que sacar una modalidad de taxis compartidos en Madrid a través de la fórmula 'carpooling'. Avancar, Bluemove, Respiro, Car2go, Emov y Zity son asiduas en la almendra central de la ciudad y ya es habitual ver coches de estas compañías aparcados en la calle.

Lo mismo en Barcelona, o Bilbao, que cuenta con la plataforma Ibilkari o Sevilla con Cochele. Otras soluciones de movilidad han surgido al abrigo del carsharing, como la que ofrece Valeet: te aparcan el coche para que tú no tengas que hacerlo. También las motos completan esta forma con compañías como eCooltra y Muving.

Esta forma de transporte supone una situación de ventaja para tres partes muy importantes. En primer lugar, para los fabricantes, que pueden capturar mercados en los que suministrar modelos para las flotas de coches de las empresas de carsharing.

Uno de los problemas a los que se enfrenta la ciudad de Valencia con las bicis y motos compartidas es el mal uso del espacio público: aparecen aparcadas en cualquier lugar.

En segundo lugar para las congestionadas ciudades, que liberarán espacio en sus calles gracias al coche compartido y por último, resulta en un punto a favor para reducir las emisiones de gases contaminantes, pues el parque móvil se verá rejuvenecido además de que se promueve el uso de coches eléctricos.

Car2go

El hecho de no tener que pagar en las zonas con Servicio de Estacionamiento Regulado y poder acceder con estos coches a áreas de prioridad residencial son dos de los mayores atractivos, sin mencionar las restricciones durante los periodos de alta contaminación, cada vez más frecuentes.

El pasado 30 de marzo de 2017, el Parlamento alemán aprobó la Ley del Trato preferencial para el carsharing, determinando el efecto positivo de este sistema de transporte en el medio ambiente. La nueva ley incluye algunas concesiones para los operadores, como plazas de aparcamiento reservadas en la vía pública y espacios públicos accesibles.

Y para los usuarios, descuentos o exenciones de tasas para el uso de estas flotas. En Alemania el coche compartido está presente en 600 ciudades y pueblos. De hecho, Alemania y Estados Unidos son los países líderes en el mundo con un millón de clientes entre los dos.

SEAT eMii car sharing Barcelona

Otros ejemplos europeos son Londres, donde las plazas de aparcamiento son gratuitas para los usuarios; París, que aplica descuentos o Hannover, donde este sistema está integrado con el transporte público.

En España la Dirección General de Tráfico ya mostró hace dos años su apoyo al carsharing a través de una central de datos que permita que estos vehículos estén identificados, además de asignar privilegios según el grado de implicación.

Sin embargo, en ciudades como Oviedo, Zaragoza, Logroño, Málaga, Murcia o Castellón estas empresas aún no han encontrado su hueco. ¿Por qué?

España, "una singularidad preocupante"

emov

Según la Asociación Española de Carsharing (AEC), en España hay un total de 2.600 vehículos que operan en este ámbito: 1.000 térmicos y 1.600 eléctricos con una fuerte concentración de actividad en Madrid y Barcelona. Hay más de 300.000 clientes registrados.

La AEC pone el foco en la necesidad de que la administración pública se involucre, de forma que se diseñe una estrategia de desarrollo del carsharing para implantar este sistema de movilidad en todos los municipios con más de 100.000 habitantes, tomando como modelo una legislación como la aprobada en Alemania.

Hemos preguntado al director de la AEC, Pau Noy, qué hace falta para que los consistorios de las ciudades en las que no se concentra la oferta aprueben medidas que favorezcan el uso del coche compartido. Noy nos explica que hay dos figuras que pueden impulsar el negocio:

  1. El promotor que puede ser mismo operador del servicio, que acude al ayuntamiento para pedir que se implante un servicio de carsharing.

  2. El mismo alcalde puede promover el servicio. En este último caso es la opción más habitual.

SEAT eMii car sharing Barcelona

Sin embargo, según Noy, los operadores están centrados en equilibrar las cuentas de Madrid y Barcelona y no perder dinero mientras que los alcaldes del resto de ciudades no han manifestado un interés, a pesar de un recurso aprobado para establecer en las ciudades de más de 300.000 habitantes una pista de aterrizaje para el carsharing.

Car2go

Noy define España como "una singularidad preocupante" en esta materia: "Importante en Madrid y Barcelona, poco importante pero existente en Sevilla y en Bilbao y en el resto es simbólico, inexistente o anecdótico. Los operadores tienen miedo de ir a una ciudad porque requiere una gran inversión y los ayuntamientos no nos han llamado", explica.

Más que lamentarse, el director de la AEC considera que hay que hacer propuestas: "Un vehículo de carsharing equivale a 20 privados". También nos habla de costes ocultos, pues cambia los hábitos de movilidad de gente.

Pero para que un ayuntamiento haga despegar el carsharing en su ciudad, tiene que estar dispuesto a ejecutar estas prácticas:

  • Ceder plazas de aparcamiento a un precio de interés público.
  • Hacer difusión del producto a través de políticas de comunicación de movilidad sostenible.
  • Convertirse en cliente: usar carsharing en vez de los vehículos municipales.

¿Qué pensarán de esto las ciudades que aún no se han subido al carro?

Zaragoza, con ofertas sobre la mesa

Zaragoza

En La capital aragonesa, que tiene más de 661.000 habitantes, cuentan con el sistema Moving de motosharing. Desde el gabinete de prensa del Ayuntamiento nos cuentan que "si bien es iniciativa privada, ha contado con el apoyo del Ayuntamiento para su implantación en Zaragoza y está teniendo buenos resultados".

Ante la implantación del carsharing como medio de transporte alternativo al coche privado, afirman que sí tienen ofertas: "El servicio de Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza estaría considerando esta opción puesto que supone una reducción de emisiones, de ocupación del espacio público, y también del uso del automóvil". Sin embargo no se han desvelado con qué empresas se estaría reuniendo el consistorio.

La ciudad de Oviedo está en 'stand by'

Oviedo
Foto: Flickr/Jose Luis Cernadas Iglesias.

Oviedo cuenta con una población de 220.567 habitantes y tiene un total de 13 líneas de autobús urbano e interurbano, cercanías y el plan 30 Oviedo como principal precursor del uso de la biccleta. Sin embargo, no cuentan con planes para instaurar el coche compartido y desde el Ayuntamiento desconocen su funcionamiento.

El caso de Valencia: "El carsharing suma, pero no es prioritario en estos momentos"

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Valencia, con una población de 790.201 habitantes, quiere incluir en la nueva ordenanza que las bicicletas y motos de alquiler compartido se estacionen, obligatoriamente, en aparcamientos regulados. Con ello quiere evitar el mal uso del espacio público, algo que desde la AEC no plantean. ¿Qué supone este mal uso? Principalmente que las bicicletas y motocicletas compartidas acaben aparcadas fuera de sus zonas designadas, como en las aceras.

Desde la Concejalía de Movilidad Sostenible nos cuentan que "se ve con buenos ojos" la opción del carsharing. Y añaden: "Hay que tener en cuenta que después de 24 años con un modelo de movilidad 'clásico', la nueva corporación (integrada por Compromís, PSPV-PSOE y València en Comú), que apuesta por un nuevo modelo, está dándole la vuelta a todas las iniciativas porque había muchas cosas por hacer pendientes, para empezar el cambio de la ordenanza de movilidad", informan.

coches Carsharing

Por tanto, esta opción "sumaría, pero no es prioritaria en estos momentos, ya que hay más urgencia en otros aspectos". Entre ellos está la pacificación del tráfico, el uso de la bici, la regulación de la ORA, etc. Por otra parte, nos comentan que sí que se han acercado empresas de este tipo, pero sin concretar ninguna oferta en firme, sólo para conocer el interés de este Gobierno por el asunto.

El Gobierno cree que para poder conceder plazas de aparcamiento a las empresas de carsharing debe haber un proceso de licitación pública y que ofrezcan no solo soluciones de movilidad en el centro, sino también en la periferia.

En esta ciudad solo opera, de momento, una empresa de motos eléctricas compartidas llamada Muving, que cuenta con una flota de 125 motos. Además, no existe ninguna ordenanza que regule estos servicios.

Sin interés ciudadano y con otras prioridades en Logroño

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La ciudad de Logroño cuenta con una población aproximada de 151.000 habitantes, y aquí tampoco ha desembarcado el carsharing, ni se espera. Desde Movilidad nos aclaran las causas: "No tenemos, en primer, lugar las peticiones ciudadanas y el Ayuntamiento a iniciativa propia está trabajando en otras líneas, como el diseño de vías urbanas, el despliegue de vías ciclistas y carriles bici y la reurbanización de determinadas calles".

Así confirman que este tipo de movilidad no está dentro de sus planes "a corto medio-plazo", y tampoco ninguna empresa privada ha contactado con el Ayuntamiento. Logroño cuenta con transporte urbano y bicicletas, que se renovaron en 2017 y su alquiler ha tenido éxito.

Málaga: "¿Carqué?"

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A pesar de que eMov anunció su intención de desembarcar en Málaga, hablando incluso de receptividad por parte del Ayuntamiento, suponemos que el plan de negocio aún no ha cuajado.

Y decimos "suponemos" porque hablar con el gabinete de Movilidad del Ayuntamiento de Málaga es desesperanzador: no saben qué es el coche compartido, no saben si hay algún plan en marcha y responden que "no, no hay nada de eso".

Hemos contactado con otros consistorios, sin éxito, aunque esta muestra es bastante representativa del panorama actual. Los servicios de coche compartido se concentran en Madrid y Barcelona; en ciudades más pequeñas el desconocimiento de esta forma de movilidad es evidente o bien no supone una prioridad. ¿Será verdad que España es "una singularidad preocupante"?

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